Fue una chica trans y decidió volver a ser varón: "Mi miedo era que todos pensaran que estaba loco"
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El relevamiento del National Center for Transgender Equality indagó en 2015 sobre la destransición de género y las tres razones más frecuente fueron sociales: "presión de los padres", "el proceso de transición fue muy complicado" y "enfrentaron demasiado acoso y discriminación".
Milena nació durante el Año Nuevo de 2016, aunque ya había vivido 18 años siendo un varón llamado Emiliano. Durante los años que siguieron a esa noche, Milena recorrió el camino de "la transición": se puso siliconas, ácido hialurónico para engrosar los labios, cambió su nombre y su género en su documento y se ocupó de esconder, aún a pesar del dolor, sus genitales.
Quien habló ahora con Infobae, sin embargo, es de nuevo Emiliano. Los labios gruesos ya no son tan gruesos y donde había siliconas ahora hay de nuevo un pecho plano y dos cicatrices horizontales por donde se las sacaron.
Lo que Emiliano hizo es algo de lo que se habla poco, aunque existe. Se llama "destransición de género" lo que, de acuerdo a la definición del National Center for Transgender Equality, significa "volver a vivir el sexo asignado al nacer".
Los inicios
Emiliano, actualmente de 25 años, nació en Mar del Plata y en sus recuerdos es un niño jugando con Barbies, a veces vestido en gama de rosas, otras desfilando a escondidas con una pollera de su mamá. Es, al mismo tiempo, un chico jugando descalzo a la pelota o frente a una PlayStation matando enemigos en el Mortal Kombat.
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"Un chico de la escuela me contó lo que era ser bisexual así que a los 14 me declaré bisexual ante mi familia. Fue un quilombo, una revolución, yo era la primera persona homosexual en la familia. Después, casi a los 17, directamente dije 'basta'. Ya está, ya lo intenté, no me gustan las chicas, yo soy gay".
Las dudas siempre habían sobrevolado su orientación sexual. Sin embargo, nunca se habían aterrizado sobre su identidad de género, es decir, ¿de qué género me siento? ¿masculino porque tengo pene o femenino, a pesar de tener pene?
Tenía 15 años cuando aprovechó una fiesta de disfraces para probar: se vistió "de travesti", lo que en ese entonces consideró "un disfraz". Unos años después, y de la mano de una amiga que hacía shows como transformista, empezó a ser drag queen, es decir, un joven que "montaba" un personaje femenino con pelucas, tacos y brillos para hacer un show en un boliche. Luego, de vuelta en casa, se sacaba todo y volvía a ser él.
"Milena empezó siendo un personaje pero enseguida encontré un empoderamiento que no había sentido nunca antes. Me sentía fuerte, poderosa, yo no me quería tanto como varón pero cuando me transformaba en Milena me amaba", cuenta.
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Una mañana, Emiliano juntó toda su ropa de varón y armó una pila sobre un sillón. "Mi mamá me despertó y me preguntó: '¿Qué hacés que vas a dar toda esta ropa? ¿Vas a empezar a salir vestido de mujer o qué?'". Y Emiliano contestó "no sé": su mamá le dijo: "No me digas 'no sé'. Me estás cortando el brazo con un cuchillo sin filo".
El nacimiento de Milena
Esa noche de Año Nuevo de 2016 nació Milena: le dijo al resto que era una chica trans y pidió que empezaran a tratarla con pronombres femeninos.
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"Fui transicionando de a poco. El primer año fue heavy, siempre es heavy el principio. Además, no tenía el acompañamiento de mi familia, en ese momento estaba todo bastante mal. Fue duro, pero lo hice, lo di todo. Tener tetas, por ejemplo, era lo que siempre había soñado".
Tenía 21 años cuando Milena se mudó a la Ciudad de Buenos Aires y entró a un quirófano por primera vez. Salió con implantes mamarios y los labios rellenos con ácido hialurónico. Para entonces ya tenía extensiones en el pelo y usaba trucadoras apretadas (bombachas que contienen los genitales), algo de lo que se arrepiente.
"Yo había intentado trabajar en un local de ropa en el que me habían aceptado como era, pero me pagaban muy poco. Lo que veía era que en ningún trabajo que yo pudiera conseguir con 18 años, sin experiencia y siendo trans me iban a pagar tanto como en el trabajo sexual", cuenta Emiliano.
Otra vez él
Fueron casi cinco años en los que Milena fue Milena hasta que empezó a poner en palabras todo lo que la estaba incomodando.
Por un lado, todo el esfuerzo que tenía que hacer para que el espejo le devolviera una imagen femenina. Se había puesto muchas inyecciones de ácido hialurónico para tener labios carnosos porque "nunca parecía suficiente". De repente, lo que había hecho le parecía demasiado.
Algo de eso contó en un video que subió a sus redes en junio de 2020: "A los 22 años empecé a extrañar eso de ser un chico. Extraño tirarme de cabeza al mar y que no se me salga una teta para acá, se me salga un huevo para allá, todos los pelos en la cara, ahogada. Ser trans es complicado", dijo.
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No quería seguir operándose, "tampoco quería seguir estrujando mis partes íntimas. No quería tampoco sentir eso que te hacen sentir los varones cuando sos una chica trans, que te quieren acá, entre cuatro paredes".
Fue en ese video que Milena contó que iba a empezar la destransición para volver a ser un varón, un proceso que “me costó muchas lágrimas”, cuenta ahora.
"Milena era mi proyecto de vida, mi sueño. Yo había alcanzado un nivel muy alto en mi transición, me sentía hermosa, pero esa hermosura tenía un costo. En la feminidad todo duele: la ropa, los tacos. Y yo venía de ser un varón en patas, en cuero y en short de fútbol", se sincera.
"Lloré mucho porque lo di todo pero no fue suficiente: nunca me dejaban de tratar mal, nunca me dejaban de tratar como varón cuando entraba a un negocio. Fue muy frustrante darme cuenta de que aunque me pusiera la cara de Angelina Jolie tampoco iba a alcanzar. Yo me harté de esta lucha, no la soporté más".
"La verdad es que la secuencia es ser fiel a uno mismo. Si en un momento me sentí más mujer que varón y decidí hacer la transición está perfecto. En definitiva es mi cuerpo y es mi decisión. Y si hoy mi proyecto de vida cambió, también está bien, lo importante es sentirse a gusto, feliz. Y así me siento yo", concluyó.
Infobae.

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