Se develó por qué algunas personas se despiertan instintivamente y otras no.

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La alarma es un gran aliado para muchas personas a la hora de despertarse y comenzar el día. La mayoría la usan como herramienta, mientras que otras aseguran que "no lo necesitan" y se levantan de la cama por mero instinto. Pero, a pesar de que las causas no están del todo claras, existen respuestas a esta situación: todos tenemos un reloj interno, un elemento que está regulado por el cerebro que rige a nuestra cronobiología, que son los tiempos de nuestro organismo.

Nuestro reloj interno se regula en primer lugar por la luz. Nuestro núcleo "supraquiasmático", que es el centro principal de regulación del llamado ritmo circadiano en el cerebro, es el que mide si es hora de dormir o es hora de estar activo. Más allá de la luz existen otros estímulos como por ejemplo los horarios de las comidas. Si tenemos horarios regulares, esa información es sumamente influyente para el reloj interno.

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Con dicha información, el reloj se sincroniza y llega un momento en el que sabrá también cuándo nos tenemos que despertar, incluso aunque podamos estar durmiendo.

Por otro lado, si estamos muy acostumbrados durante largos períodos de tiempo a levantarnos a determinada hora, puede llegar el fin de semana y nos terminamos despertando a la hora de siempre, incluso sin despertador. Eso es porque nuestro cerebro maneja esa información.

Por último, los factores que regulan el reloj interno activan a una serie de hormonas, como el cortisol o la melatonina que son las que miden si estamos espabilados o si tenemos sueño. Otra cuestión que hay que tener en cuenta es la sensibilidad de cada persona. Hay gente que tiene mucha sensibilidad a la luz, por lo que despertarse sin alarma les puede pasar fácilmente, mientras que otras que tienen mucha menor sensibilidad, y no les pasará nunca. PRONTO.