Fueron la herramienta de protección estrella durante buena parte de la pandemia de Covid. Aunque evitan la transmisión de muchas patologías ya casi quedaron en desuso.
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El 21 de septiembre de 2022 el uso del barbijo dejó de ser obligatorio en la Argentina. La herramienta estrella para minimizar el riesgo de contagios en plena pandemia empezó a perder protagonismo ante el avance de la vacunación contra el Covid y la consiguiente baja de casos, en especial los graves.
Y aunque está comprobado que los barbijos pueden evitar muchas enfermedades transmisibles por los aerosoles que se expulsan por nariz y boca, ya casi nadie los tiene en cuenta.
En las calles de Rosario se ven muy pocas personas con tapabocas. En los colectivos, sobre todo en horarios pico, hay un poco más de caras semitapadas con las mascarillas.
Se sostiene un poco más su uso en clínicas, sanatorios y hospitales, según pudo corroborar el Colegio de Farmacéuticos de Rosario ya que hay un poco más de salida del producto en locales cercanos a centros de salud.
En estas últimas semanas, cuando las enfermedades respiratorias están trepando en forma rápida y de manera anticipada por el frío (en especial la gripe y el Covid) y mientras se espera un invierno crudo, ¿es necesario pensar en volver a usarlos?
¿Qué modelos están disponibles y a qué precios? ¿Se venden?
En 2020 y 2021 la cantidad de modelos que había era inmensa. Desde los primeros que fueron hechos de manera casera (en Santa Fe hasta la por entonces Ministra de Salud, Sonia Martorano, salía por televisión y en videos en redes mostrando cómo confeccionar barbijos de tela) hasta los más sofisticados y con distintos niveles de protección de acuerdo a la seguridad que ofrecían, y que fueron llegando a farmacias y otros locales comerciales a medida que avanzaba el Covid.
Estaban los descartables, los reutilizables, los que servían para una determinada cantidad de horas, los extraduración. Los de uso profesional. Los de Conicet.
Había barbijos realizados por microemprendedores y otros lanzados por las grandes marcas de indumentaria. Los de estampas infantiles. Los elegantes. Se hicieron barbijos combinados con trajes de baño y hasta de encaje para vestidos de novia.
En junio de 2024 cuando la pandemia empieza a ser historia aunque siga habiendo casos de Covid en Rosario hay pocas opciones y la venta es de unos pocos por día por farmacia.
El Colegio de Farmacéuticos consultó a farmacias de la ciudad y del sur de Santa Fe y pudo determinar que "es muy bajo el pedido de barbijos".
Solo en locales que están más cerca de sanatorios u hospitales la demanda es un poco más alta. "Hay gente que los compra para asistir a una consulta médica y quienes los llevan para usar en colectivos", comentó Leonardo Jurado, secretario de la entidad.
Los barbijos se consiguen a 250 pesos. Los que están disponibles en esta temporada otoño/invierno 2024 son los tricapa, "los blancos y celestes comunes".
En algunas pocas farmacias, explicó Jurado, "hay personas que si van a comprar antibióticos porque el médico se los indicó se llevan también un barbijo, lo que da cuenta de que algunos cuidan a los otros de posibles contagios".
El pasado reciente
Para muchas personas, las mascarillas son un mal recuerdo y no quieren ni tenerlos cerca. "A los últimos los tiré durante mi mudanza"; "Guardé uno de recuerdo que había hecho una amiga a modo de emprendimiento en la pandemia"; "No los quiero ni ver, me quedaban un par de esos que eran caros pero igual fueron a parar a la basura", son algunos de los testimonios que recogió este diario entre rosarinos de mediana edad.
Aunque hace dos años parecía que la población conviviría por siempre con los barbijos, la realidad muestra un panorama completamente diferente. De aquellos cuidados que se aprendieron durante la pandemia los que subsisten son el lavado de manos en forma frecuente y toser o estornudar en el pliego del codo, pero eso también está reservado para los más cuidadosos.
Fuente: La Capital
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