El padre de “Pequeño J”, conocido como "Pablo Emilio Escobar", y su legado marcado por la violencia narco

La vida de Tony Janzen Valverde Victoriano, apodado “Pequeño J”, hoy detenido en Perú como presunto autor intelectual del triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez en Florencio Varela, está atravesada por un origen marcado por la violencia. Su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, fue parte de una organización criminal y llegó a adoptar el alias de “Pablo Emilio Escobar”, en referencia al famoso narcotraficante colombiano.

El 16 de diciembre de 2018, cuando “Pequeño J” tenía apenas 13 años, su padre fue ejecutado por un sicario de la banda rival “El Gran Marqués”, en medio de una guerra territorial en Perú. Janhzen formaba parte de la organización conocida como “Los injertos de Nuevo Jerusalén”, señalada por delitos vinculados al narcotráfico.

El perfil narco del padre

En redes sociales, Valverde Rodríguez construyó una imagen de “bandido”. En su cuenta de Facebook se mostraba rodeado de armas largas, como una carabina AR-15, pistolas trazadoras —usadas habitualmente por fuerzas especiales— y acompañado por hombres que serían parte de su banda.

Poco antes de su muerte, publicó un mensaje que hoy resuena como epitafio: “Toda la vida bandido. Aproveche el día que amanece y agradezca a Dios y disfrute lo más que pueda porque no sabe si mañana estarás”.

Ese “bandido por siempre” fue la marca que dejó en su hijo, quien también lo homenajeó años después en redes sociales con mensajes de venganza.

Un entorno violento desde la infancia

De acuerdo a informes publicados por Página/12, los archivos judiciales y policiales peruanos no le adjudican delitos a Pequeño J en su adolescencia, pero sí a varios miembros de su familia. El peso de ese legado, sumado al asesinato de su padre, habría forjado su camino dentro del narcotráfico en Argentina, donde se radicó siete años atrás.

Hoy, con 20 años, “Pequeño J” es señalado como el ideólogo de uno de los crímenes narcos más crueles ocurridos en el país en los últimos tiempos, en el que tres jóvenes fueron secuestradas, torturadas y asesinadas, con la transmisión en vivo del hecho como muestra de poder mafioso.