El hijo de Yiya Murano, la famosa asesina de los venenos, subasta el juego de tazas que su madre usó para cometer sus crímenes
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El hijo de la asesina se reencontró con los objetos que habían pertenecido a su madre y quiere “convertir algo siniestro en algo bueno”.
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El hijo de Yiya Murano decidió subastar el juego de té que su madre usó para envenenar con cianuro a dos amigas y una prima a las que les debía dinero. “Quiero convertir algo siniestro en algo bueno”, sostuvo Martín Murano, que va a donar el dinero que reciba a un refugio de animales.
La vajilla se encuentra a la venta y Murano contó que ya recibió una oferta de diez mil dólares por las tazas que “Yiya” usó para los asesinatos entre febrero y marzo de 1979. Murano decidió, después de volver a reencontrarse con las tazas, llevar adelante una subasta para hacer una obra de bien con algo tétrico.
Con lo que reciba, dijo que colaborará con el Refugio De Mili González que da techo y comida a más de 50 perros y gatos en Mar del Plata.
"Yiya" Murano y el "juego de tazas" del terror
El juego de té volvió a las manos de Martín luego de décadas, ya que él se lo había sacado de encima. "Yo se lo había regalado a la madre de una amiga mía hace muchos años, pero esa mujer murió hace poco y mi conocida me dijo ‘te voy a mandar algo que es tuyo’”, reveló.
Cuando recibió el paquete días después y lo abrió su mente recordó la historia de su mamá: "Vi lo que era y me quería morir”.
María de las Mercedes Bolla “Yiya” Aponte de Murano murió en 2014 y siempre se supo que no tenía buena relación con su hijo quien decidió, en su momento, regalar la vajilla.
En una de las tazas que se subastan tomó el té la primera víctima de Yiya Murano, Nilda Gamba. Martín contó en diálogo con TN que ese día la amiga de Yiya había ido a merendar y que se descompuso.
“Es macabro. Con una de esas tazas que tengo acá asesinaron a una persona que yo quería más que si fuera mi tía”, relató.
“Quiero convertir algo macabro, siniestro, en algo bueno, sobre todo porque es muy paradójico ya que Yiya Murano odiaba a los animales”, resaltó Martín y agregó: “Yiya Murano increíblemente va a tener una utilidad”.
EL CASO:
Yiya envenenó con té y masitas finas a sus amigas Nilda Gamba, Lelia Formisano de Ayala y su prima Carmen Zulema del Giorgio Venturini. Los crímenes ocurrieron entre el 11 de febrero y el 24 de marzo de 1979.
Yiya las mató para no saldar una deuda que tenía con ellas, pero un pagaré encontrado a su nombre en la casa de una de las víctimas alertó a sus familiares. Y las sospechas apuntaron a Murano, que hasta sus últimos años negó haber sido la culpable.
Los sabuesos cerraron el círculo cuando confirmaron que la usurera Yiya les debía plata por un negocio que les había propuesto, pero que en definitiva era una estafa. Yiya las conocía en la intimidad: eran sus grandes amigas. Al final, terminaría quedándose con el último suspiro de esa intimidad: la muerte.
Las mató con cianuro, ese veneno cuyo olor y sabor comparan con las almendras negras. Yiya las cuidaba hasta en su agonía. Y era la que más lloraba en los velorios: aunque lo hacía sin lágrimas.
La detuvieron el 27 de abril de 1979.
FUENTE: INFOBAE

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