El boom de la freidora de aire: la revolución en tus comidas y cómo sacarle el máximo jugo
La freidora de aire se convirtió en el electrodoméstico estrella: creció un 300 % en ventas en apenas cuatro meses. ¿Moda momentánea o aliada para una cocina más saludable? Te contamos sus secretos, beneficios y cómo usarla sin errores.
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Cualquiera que haya pasado por una casa en estos últimos meses escuchó la misma frase: “¡Comprate una air fryer, te cambia la vida!”. Y no es puro marketing. Según la Cámara de Electrodomésticos de Rosario, las ventas crecieron un 300 % en apenas cuatro meses. El precio, que antes superaba los $200.000, ahora ronda los $100.000. Más accesibles, más compactas y con promesas tentadoras: cocinar con poco o nada de aceite.
Claudio Sexer, referente del sector, lo dice sin rodeos: “Se volvió el producto estrella del año”. La fiebre por la freidora de aire no distingue edades ni estilos de vida. Desde el soltero que quiere cocinar rápido hasta la familia que busca reducir las frituras. Todos caen rendidos ante su aparente magia.
¿Es realmente más sano?
La nutricionista Marianela Aguirre Ackermann lo aclara: sí, usar freidora de aire puede ser más saludable. Reduce las grasas saturadas, las calorías y evita la formación de acrilamidas —compuestos que aparecen al freír y pueden ser perjudiciales para la salud—. “Si se usa bien, es mejor que hervir porque conserva el sabor y parte de los nutrientes”, dice.
Claro que, como todo, el secreto está en el cómo. Porque si a la air fryer le ponés salchichas, empanadas ultracongeladas o papas comerciales, el resultado no será tan saludable como creés. No es el aparato, es lo que elegís cocinar en él.
Más que freír: una aliada versátil
Lo que muchos descubren al poco tiempo de tenerla es que sirve para mucho más que freír sin aceite. En la air fryer se puede:
Asar verduras con textura dorada y sin aceite en exceso.
Cocinar pollo, pescado o carnes sin necesidad de prender el horno.
Preparar snacks crocantes como garbanzos tostados, chips de zanahoria o bastones de queso.
Y sí, también recalienta sobras como si fuera un horno express. Nada de comida gomosa: el almuerzo del día anterior vuelve a la vida con un simple toque de calor.
Tips que marcan la diferencia
Para no frustrarte al primer intento, tomá nota de estos consejos:
No la llenes demasiado: el aire necesita circular.
Precalentá unos minutos: así lográs una cocción más pareja.
Usá aceite en spray, no cucharones: una rociada basta.
Dale vuelta a la comida: agitá o rotá para un dorado uniforme.
No uses plástico común: optá por moldes de silicona o vidrio templado.
Limpiala seguido: la grasa acumulada puede afectar el sabor y el funcionamiento.
Lo que no te cuentan
No todos los alimentos van bien en la freidora. Las hojas verdes, los quesos blandos o las piezas con mucho líquido pueden terminar mal. Y, aunque cocina más rápido que el horno, tampoco es infalible: hay que probar y ajustar.
Además, cocer a muy altas temperaturas sigue generando algunos compuestos no deseados. Usala bien, pero no abuses.
El futuro es ahora (y se programa desde el celular)
La nueva generación de air fryers ya llegó: modelos como la Xiaomi Mi Smart, la COSORI o la Philips 5000 Series pueden manejarse desde el celular. Programás la cocción, elegís la receta y hasta recibís alertas cuando tu comida está lista. Ideal para quienes quieren eficiencia sin estar pegados a la cocina.

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