Día de la Pachamama: de la tradición, a la urbanización de los rituales
Cada 1° de agosto se celebra el Día de la Pachamama, una fecha en la que se agradece a la tierra lo que brinda. Cuáles son los rituales que se pueden hacer.
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Este jueves 1° de agosto se celebra el Día de la Pachamama, una fecha trascendental para la cultura andina. El concepto proviene de la lengua quechua: Pacha “mundo” y mamá “madre”.
El día marca el inicio de una serie de rituales que se pueden repetir a lo largo del mes, y que tiene como objetivo ofrendar a la madre tierra lo que brindó a lo largo del año.
Las celebraciones se pueden llevar adelante tanto en un espacio verde como entre cuatro paredes. Lo importante es la intención que se tenga al momento de realizarlo. Así lo explica Vanesa Juriol, practicante chamana de la tradición Pampa Misayoc.
“Desde el inicio de los tiempos, la humanidad siempre funcionó en concordancia con la tierra. En esos inicios, la humanidad estaba en un total danza rítmica con Pachamama. Paulatinamente, el ser humano fue perdiendo esa conexión con la naturaleza”, recalca Juriol.
Hoy se observa la vuelta a esas tradiciones a través de las cuales muchas personas resuenan con la necesidad de volver a lo natural y de conectar con las energías arquetípicas.
“Las energías ancestrales y las ceremonias nos van volviendo a reconectar en ese lazo tan natural con nuestra madre. Porque Pachamama, en realidad, no es una diosa, es nuestra madre cósmica, nosotros estamos hechos de Pachamama”, recalcó Juriol.
Celebrarla, reconocerla es convidar y devolverle todo lo que se toma de ella. Es volver a reconocernos como hijos de Pachamama.
Hoy los rituales vuelven a tomar protagonismo y las personas vuelven a congregarse para sostenerse en red e internamente.
Los momentos de ritual no consisten solo en encender una vela, o un carbón. Estos son un puente para volver al origen y reconocer que somos seres divinos en esta experiencia. “No es solamente un día, sino que implica muchísimo más”, recalca la chamana.
Los elementos de la celebración andina
Juriol toma tres hojas secas de coca, las sopla y realiza una rezo con estas en su boca. Luego, las ofrece a un caldero en el que hay dos carbones encendidos, la mezcla de los olores inunda la habitación de manera silenciosa.
“Hay diferentes elementos, la celebración de Pachamama, en esta lo sostienen las culturas originarias. Esta conexión es para agradecer y todas coinciden en el ciclo con la naturaleza”, detalla la chamana.
Se trata de elementos comunes a todas las culturas chamánicas que forman parte de la creación y tradiciones que se celebran en nuestra tierra: fuego, agua, tierra y aire.
“Cuando se reúnen los elementos se forma la posibilidad de que el espíritu descienda y se pueda manifestar. — agregó la chamana— Nosotros somos esa vasija y tenemos esta conciencia y por eso estamos acá”.
A pesar de las diferencias que puedan encontrarse, todos los caminos chamánicos coinciden en un sentir universal: el agradecimiento a la madre naturaleza.
Un conjunto de elementos se observan en el suelo: un caldero, una caja, una maraca, plumas, y una vela. En este ritual se plasma la mirada de los hermanos del norte que ubican el fuego al este, en el sur el agua, al oeste la tierra y el aire en el norte.
La rueda de las cuatro direcciones o rueda chamánica se ubica debajo del caldero, es un objeto que forma parte de todas las culturas chamánicas, porque representa el universo, todas las estaciones y la creación.
Encima de la rueda hay un caldero que fue hecho de manera artesanal por una “mujer medicina”. “Ahora hay un centro que no lo vemos de pronto manifestado, en este caso por el caldero, que es el quinto elemento que es el éter, que es el espíritu”, explicó sobre esta herramienta.
Con una vela y al este se encuentra representado el elemento del fuego, es donde nace el sol y se inicia el día.
Al sur, está el tambor o kultrun es un elemento común a todas las tradiciones, con su golpe representa el sonido del corazón de la madre cuando la persona estaba en el útero.
En el oeste se ubica un altar, donde se encuentran los elementos de poder de Juriol, como practicante de la tradición andina, para ella es importante su presencia en el ritual. Este elemento se encuentra al oeste de la rueda ya que de esta manera se contacta a los ancestros.
El aire se representa por medio de unas plumas que son usadas para llamar a los vientos. En tanto, las maracas se usan para convocar a los espíritus.
“Lo importante cuando nosotros hacemos una reunión de elementos es que podamos tener una coherencia y que sepamos cuál es la intención”, reiteró Juriol.
Uno de los conceptos más relevantes de las comunidades originarias es la reciprocidad, es decir, tomar de la tierra solamente aquello que se necesita y poder devolverlo a la Pachamama.
Rituales simples para practicar este 1° de agosto en casa
Se pueden tomar tres hojas de coca o de laurel y se colocan en orden. La más grande se pone atrás, se sostiene con los dedos al mismo tiempo que se sopla con la boca en gratitud a Pachamama.
En caso de contar con un pabilero o poder armar un pequeño fuego, las hojas se pueden ofrecer a este objeto, en donde se queman y ofrecen.
“Si somos varios en la familia cada uno de nosotros toma tres hojitas, la sopla con su agradecimiento y las va entregando el fuego. Si tenemos la suerte de tener un espacio más grande y hacer un fuego con leños, genial”, detalló Juriol.
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En caso de optar por un ritual más tradicional y contar con espacio, se puede hacer un pozo en la tierra y ofrendar hojas de laurel o coca, un puñado de arroz o de lentejas e incluso un poco de vino. “Le damos lo que nos ofrece y nos quedamos en el lugar sintiendo y agradeciendo. Una vez que esté listo se cierra el pozo y ya está, agradecemos y continuamos con nuestras tareas”, agrega la entrevistada.
Si no tenemos esa posibilidad, ¿qué podemos hacer? En un cacharro de barro se coloca un poco de tierra y se ofrecen las cosas que tenemos en la alacena de casa, pueden ser cereales, semillas, nueces, arroz, lentejas, maíz.
“Lo que podamos tener, un poquito de azúcar, podríamos también para convidar de nuestra dulzura y alegría”, agregó Juriol.
Una vez que se colocaron todos los elementos de la ofrenda en la maceta, se tapan con tierra y se ubica en un lugar de la casa en donde cada tanto se pueda apoyar la mano para agradecer.
“Puede ser un lindo ritual, nosotros vivimos en la ciudad y el chamanismo está entrando en la ciudad, las ceremonias tradicionales están viniendo a la ciudad, entonces ¿por qué no damos la oportunidad de tener esta experiencia con lo que tenemos y algo sencillo? Los rituales más simples son los más efectivos, así que a veces solo tres hojitas de coca es suficiente”, detalló la chamana.
Fuente: Aires de Santa Fe.
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