Cinco destinos interesantes accesibles cerca de Córdoba para aprovechar este finde largo

El próximo fin de semana largo del 24 de noviembre será una de las últimas chances del año para una escapada corta, y los alrededores de Córdoba capital ofrecen destinos cercanos con ríos, sierras y naturaleza para desconectar sin viajar demasiado.

El descanso se puede buscar muy cerca de la ciudad. Copina combina naturaleza e historia a unos 60 kilómetros, en el faldeo oriental de las Sierras Grandes. Es un paraje serrano ideal para bajar el ritmo, con la Cascada del Maitén —un salto de agua de 20 metros accesible mediante una caminata sencilla— y los clásicos Puentes Colgantes, antiguas pasarelas de madera de la vieja Ruta Provincial 14, que hoy son parte del atractivo del lugar.

En San Clemente, a 72 kilómetros por la Ruta Provincial 34 y ya en el Valle de Paravachasca, el paisaje de sierras, pinares y arroyos cristalinos invita a un fin de semana de pura calma. Es un destino buscado por quienes prefieren la naturaleza sin grandes multitudes: caminatas, paseos en bicicleta, cabalgatas o simplemente descansar junto al agua forman parte de la propuesta.

Más cerca de la capital aparece La Estancita, a solo 34 kilómetros, como una opción para una salida rápida. Su cascada de 14 metros, rodeada de vegetación nativa, ofrece una postal serrana muy marcada. El acceso se realiza por el Camino al Cuadrado y un breve tramo de ripio hasta una tranquera donde se deja el vehículo, para continuar a pie hasta el salto de agua.

El calor del fin de semana largo también encuentra refugio en Villa Icho Cruz, a 47 kilómetros en el departamento Punilla. Sus ríos de aguas calmas y los sectores con asadores la vuelven una alternativa clásica para pasar el día al aire libre, con espacio para compartir una comida, descansar a la sombra y disfrutar del paisaje serrano sin grandes traslados.

Por último, Ascochinga, a unos 65 kilómetros de Córdoba, suma aventura y patrimonio histórico en un mismo destino. Las caminatas hacia las Tres Cascadas o el Cerro Ascochinga permiten apreciar la geografía serrana, mientras que la Estancia Jesuítica Santa Catalina y la Capilla de Candonga completan la salida con un recorrido por dos puntos clave de la historia y la arquitectura de la región.