Cinco cambios simples en tu cocina pueden mejorar tu alimentación sin esfuerzo
Nutricionistas explican cómo el orden y la planificación en la cocina ayudan a mantener hábitos saludables, reducir el desperdicio y disfrutar más del proceso de cocinar.
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Una cocina ordenada no solo se ve bien: también puede ayudarte a comer mejor. Según la nutricionista estadounidense Carrie Lupoli, el caos en el ambiente se traduce en desorden alimentario:
“Cuando tu espacio está abrumado, cocinar se vuelve estresante. Pero cuando todo está en orden y tenés a mano las piezas correctas —proteínas, grasas y carbohidratos frescos—, es más fácil comer lo que tu cuerpo necesita y no solo lo que antoja”, explica.
El principio es sencillo: si los alimentos saludables son los más visibles y accesibles, los elegimos más. En cambio, una heladera desbordada o una despensa desorganizada suelen llevar a optar por productos ultraprocesados.
La dietista Ana Amengual, autora del libro Pon orden en tu cocina, resume:
“La alimentación no se organiza en el plato, sino desde el momento en que vas al supermercado”.
1. Planificar las compras
El cambio empieza antes de cocinar. Amengual recomienda ir con lista y sin hambre, priorizando frutas, verduras, carnes, legumbres y huevos. “Cuanto menos procesado esté el alimento, más nutritivo será el carrito”, señala. También aconseja recorrer el supermercado desde el fondo hacia el frente, dejando los congelados para el final, a fin de mantener la cadena de frío.
2. Optimizar el almacenamiento
Revisar envases, conservar solo los necesarios y preferir vidrio en lugar de plástico son claves para el orden. Lupoli sugiere usar tapas iguales para evitar el “caos visual” y facilitar el guardado.
3. Hacer visibles los alimentos saludables
Colocar frutas, verduras y proteínas a la altura de los ojos en la heladera ayuda a que sean la primera opción. “Nuestro cerebro come lo que ve primero”, recuerda Lupoli.
4. Tener básicos no perecederos
La dietista Avery Zenker recomienda contar con alimentos de larga duración: porotos, lentejas, frutos secos, avena, arroz integral y verduras congeladas. Son aliados cuando falta tiempo o energía para cocinar.
5. Etiquetar y rotar alimentos
Registrar la fecha de cocción o congelación y poner adelante lo que vence antes reduce el desperdicio y garantiza frescura.
Organizar también ahorra
El orden no solo mejora la alimentación, sino que optimiza el tiempo y reduce el gasto. Guardar por tipo (congelados, refrigerados y secos) y evitar dejar comida en ollas cubiertas con film o aluminio ayuda a mantener la higiene y evitar contaminación cruzada.
Congelar y descongelar correctamente
Congelar en porciones facilita la conservación. Para descongelar, lo ideal es hacerlo en la heladera o bajo agua fría dentro de un envase. Nunca a temperatura ambiente, ya que el calor promueve bacterias.
Cocinar y disfrutar
Con una cocina ordenada, cocinar deja de ser una carga. Amengual asegura que todas las técnicas son válidas si se alternan, aunque recomienda evitar los fritos y rebozados. Y aclara:
“El microondas no destruye nutrientes; es uno de los métodos que mejor los conserva”.
Organizar la cocina no garantiza bajar de peso, pero sí mejora la calidad de vida y facilita mantener buenos hábitos. “Planificar es la base del bienestar”, concluye Amengual.

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