Cáncer de pulmón: el estudio clave para detectarlo antes de que sea demasiado tarde
La recomendación es clara: realizarla solo en personas con alto riesgo, en especial quienes tienen antecedentes de tabaquismo
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El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en Argentina. Cada año, más de 10 mil personas pierden la vida por esta enfermedad, que en la mayoría de los casos se diagnostica en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de tratamiento son más limitadas.
Ante esta situación, un informe reciente de la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Excelencia Clínica (CONETEC) analizó la incorporación de un estudio que puede marcar la diferencia: la tomografía computarizada de bajas dosis (TCBD).
El documento pone el acento en quiénes deben hacerse el estudio. No está destinado a toda la población, sino a grupos muy específicos: fumadores y exfumadores que cumplan con determinados criterios de edad y consumo de tabaco
El tabaquismo es responsable de entre el 80% y el 90% de los casos de cáncer de pulmón.
¿Quiénes deben hacerse la tomografía?
La recomendación de la CONETEC es clara. El cribado con tomografía de bajas dosis debe realizarse en personas de entre 55 y 74 años que hayan fumado más de 30 paquetes por año. Esto incluye tanto a fumadores actuales como a exfumadores que dejaron el cigarrillo en los últimos 15 años
En otras palabras, se trata de quienes presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad debido a su historial de tabaquismo. Según los especialistas, en este grupo la tomografía permite detectar nódulos pulmonares pequeños y, en muchos casos, identificar el cáncer en fases iniciales, cuando las chances de curación son mucho más altas.
Fuera de este rango de edad o en personas que nunca fumaron, los beneficios no son claros. Por eso, la indicación se restringe a este perfil de riesgo elevado.
El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en Argentina
Beneficios y riesgos del cribado
El informe de la CONETEC revisó la evidencia internacional y concluyó que la TCBD reduce la mortalidad por cáncer de pulmón y también la mortalidad general en la población de riesgo. Sin embargo, también genera algunos riesgos: al detectar lesiones sospechosas que luego no son cáncer, puede llevar a realizar estudios invasivos innecesarios.
De todos modos, los análisis demostraron que esos procedimientos adicionales no aumentan la mortalidad postoperatoria. En otras palabras, los beneficios superan los riesgos cuando el cribado se dirige a la población adecuada
El tabaquismo, principal factor de riesgo
El tabaquismo es responsable de entre el 80% y el 90% de los casos de cáncer de pulmón. Las personas que fuman tienen entre 15 y 30 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con quienes nunca fumaron. Y aunque dejar el cigarrillo siempre trae beneficios, el riesgo permanece elevado durante varios años después de haber abandonado el hábito
Por eso, la recomendación también alcanza a exfumadores recientes, hasta 15 años después de haber dejado el tabaco. Luego de ese período, el riesgo disminuye de manera considerable y ya no se justifica realizar el cribado.
Un paso hacia la detección temprana
La CONETEC definió que la incorporación de este estudio en Argentina debe hacerse con cobertura condicional y bajo protocolos estrictos, limitados a las personas que cumplen los criterios de edad y consumo de tabaco. Se calcula que unas 726.000 personas en el país cumplen con estos requisitos. Para ellas, la tomografía puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano y la detección en etapas avanzadas, cuando las opciones de tratamiento son más limitadas.
La clave, señalan los especialistas, es que la población en riesgo conozca esta posibilidad y que el sistema de salud garantice un acceso equitativo.
Prevención y control
El informe subraya que el cribado no reemplaza la principal estrategia de prevención: dejar de fumar. La reducción del consumo de tabaco sigue siendo la medida más efectiva para disminuir la incidencia del cáncer de pulmón en el largo plazo.
La tomografía de bajas dosis se presenta como un complemento, dirigido exclusivamente a quienes ya cargan con un historial de tabaquismo significativo y, por lo tanto, tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad.

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