Desde sus comienzos como aficionado y luego como boxeador profesional, el carismático Bonavena ha tenido grandes triunfos y también una vida trágica.

La serie se llama Ringo, gloria y muerte y es el esquema que desarrolla a lo largo de sus siete episodios. Por un lado relata la carrera de este gran boxeador, considerado por los entendidos como uno de los mejores pesos pesados de la Argentina.

Desde el mismo principio de su trayectoria tiene clara su máxima ambición, que es pelear con Muhammad Alí. Por otro lado muestra algunos aspectos de su vida personal, su hambre de fama y los ingenuos intentos de volverse una estrella también en el espectáculo y la canción.

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La historia va y viene en el tiempo, desde mediados de los años 60, con peleas ganadas y peleas perdidas, hasta llegar a 1970 cuando por fin, de la mano de Tito Lectoure, logra pelear con Muhammad Alí... y pierde. La otra corriente gira en torno de su entrada en el mundo de los Conforte, Joe y Sally, gente de vida oscura que regentea el Mustang Ranch en Reno. Ringo solo escucha lo que quiere oír; está desesperado por la revancha con Alí y Joe Conforte lo seduce con promesas.

Jerónimo Bosia consigue meterse en el espíritu de Ringo, incluso alcanza su difícil tono de voz. La reconstrucción de la época es sutil y lograda, enriquecida por algunos breves fragmentos documentales donde se puede ver a los personajes mismos, los verdaderos Alí y Bonavena haciéndose los bravucones frente a la prensa o a Ringo, en plena época de gloria, respondiendo a un periodista desde la cima de su éxito.

Por qué ver “Ringo, gloria y muerte”

Bonavena era el campeón argentino de los pesos pesados y era el más guapo, el mejor. Es cierto que perdió aquella pelea, pero a Alí le tomó 15 rounds vencerlo. La serie muestra también el otro costado de Ringo, el que lo lleva a hacer un éxito de una canción inverosímil, lo convierte en actor de cine, en figura de la televisión. Y por momentos en un niño.

Hay una inevitable tristeza en esta historia, puesto que todos conocemos con mayor o menor detalle su final. Porque Ringo era la clase de persona que repartía alegría por su candor y te rompe el corazón al ver tan cerca su caída.

Su caída, que en este caso sería el final de la serie, está en cierto modo escatimada en el último episodio si se considera el nivel de detalle que tuvieron otros aspectos de su vida, menos relevantes que la muerte.

La serie culmina con fragmentos originales de su velatorio en el Luna Park: lo acompañaron 100.000 personas y largas caravanas de autos. Era imposible dejar de quererlo, y no solo por ser campeón. Ringo, gloria y muerte: el título es acertado. Se trata de una creación de Nicolás Pérez Veiga con el mencionado Jerónimo Bosia, Delfina Chaves, Pablo Rago, María Onetto y Martín Slipak entre otros. Puede verse en Star+. TN.