El futbolista rosarino le rescindió el contrato a la madre de sus hijas en su carácter de representante y pidió que no le paguen una cláusula de un millón de euros.

Mauro Icardi esperaba resolver algunos aspectos maritales a la llegada de su esposa Wanda Nara a Turquía, sin embargo la firme determinación de ella de divorciarse tras alojarse en un hotel de Estambul y no hacerlo en la casa de ambos, hizo que el delantero rosarino explotara de ira, por lo que ya harto de todo esto comenzó a adoptar decisiones drásticas: anunció que rescindió el contrato de la madre de sus hijas como su representante.

Icardi fue determinante al ejecutar la primera venganza en contra de Wanda Nara, y tras instruir a los profesionales que hacen a su entorno para la rescisión contractual con su ahora ex esposa, ordenó que no le paguen una cláusula de un millón de euros prevista.

Estos pormenores fueron informados este lunes por un medio de Turquía, país en el que la historia de Icardi y Nara comenzó a familiarizarse con las desventuras del matrimonio y ya la adaptaron como una novela argentina en suelo turco.

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“No le paguen, ya no es mi representante”, pidió Icardi mientras Wanda mostró que estaba hospedada en un lujoso hotel de Estambul con fotos con sus hijos.

Cuando Wanda Nara posteó las fotos con sus hijos en el hotel celebrando el reencuentro tras un mes alejado de ellos por sus compromisos laborales en la Argentina, fue el mismísimo ex marido Maxi López quien le escribió: "La mejor medicina".

En medio de todo esto, al mostrarse cerca de L-Gante antes de irse de Buenos Aires y llegar a Turquía y confirmar la separación de Icardi, el jugador decidió cortar todo tipo de vínculo, sobre todo el laboral, y en una nota de un medio de allá anunció que le frenó el pago de una importante cifra a la que iba a acceder por ser su representante.

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