En China, el seleccionado femenino perdió contra las bicampeonas y no pudo festejar con la copa.
Las Kamikazes estuvieron cerac de lograr el t´tulo del mundo. Invictas durante todo el torneo, solo perdieron en el partido decisivo. Claro, enfrente se encontraba el vigente campeón, que repitió la corona, y doble ganador europeo Alemania. Y en una final en el que cada error se paga caro, el seleccionado nacional terminó cediendo ante las teutonas por 2-0 (24-16 y 21-18).
Las dirigidas por Leticia Brunati, que fueron campeonas en Buenos Aires 2018, se la bancaron de igual a igual ante una potencia. Pero se toparon con una arquera rival que estuvo impasable y tapó varios remates con destino de gol y, además, chocaron con un equipo contrario con mucha precisión cada vez que se acercó al arco nacional. La atacante Lucila Balsas se destacó con 10 goles (los remates con giro o de fly -aire- valen doble), debido a un acierto en cinco de los seis tiros que probó.
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La diferencia se vio reflejada en los números: las alemanas acertaron sus tiros en un 68% mientras que las argentinas cerraron el encuentro en un 63%. Parece poco, pero fue suficiente para las mínimas ventajas en cada uno de los sets. Amelie Möllmann fue la figura con 14 goles, seguida de Belen Gettwart con 12.
Más allá de la caída, el seleccionado femenino argentino consiguió una marca histórica, ya que hasta el momento nunca había logrado ni siquiera asomarse a unas semifinales. Y en China obtuvo el primer podio para todo el handball de nuestro país.
Los varones, que también afrontaban el cuarto Mundial de su historia, no pasaron de los cuartos de final: fue derrota ante Dinamarca, el último subcampeón del mundo, con parciales de 21-16 y 18-17.(Olé)
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