La ciudad late celeste: la hinchada de Atlético Rafaela vive una final que trasciende el fútbol
De las lágrimas del descenso a la ilusión del ascenso: cómo el pueblo albiceleste se prepara para copar San Nicolás y acompañar a su equipo en una nueva cita con la historia.
:format(webp):quality(40)/https://radiorafaelacdn.eleco.com.ar/media/2025/10/llega_la_final_del_por_el_ascenso.jpg)
El hincha de Atlético de Rafaela ha transitado un auténtico carrusel de emociones en los últimos años. La historia reciente es tan intensa como pasional. En 2023, la ilusión de volver a la Primera Nacional estuvo a un paso de concretarse: un plantel con nombres de peso como Alex Luna, Ignacio Lago, Fabricio Fontanini y Nicolás Laméndola había despertado el sueño de toda una ciudad. Pero ese sueño se desmoronó en Río Cuarto, cuando Defensores de Belgrano le arrebató el ascenso en una noche difícil de olvidar.
La temporada siguiente fue todo lo contrario. En 2024, Atlético no lograba despegar del fondo de la tabla. La falta de gol se volvió una marca dolorosa: pasaban partidos sin gritos en Alberdi, y cuando llegaba alguno, era un desahogo colectivo. Tres entrenadores —Ezequiel Medrán, Pancaldo y Nardozza— pasaron por el banco antes de que Iván Juárez, hombre de la casa y querido por la hinchada, tomara las riendas. Logró empates que dieron aire y un triunfo inolvidable en San Nicolás el 2 de noviembre, que extendió la ilusión unas semanas más. Pero el 12 de noviembre, en Junín, llegó el golpe más duro: el descenso.
Un 2025 de reconstrucción y fe
A pesar de todo, la hinchada no soltó. No dejó de alentar, no dejó de ir a la cancha, no dejó de creer. El sentido común decía que este paso por el Torneo Federal A sería transitorio, y la convicción crecía partido a partido. Cada presentación en el Estadio Monumental de Barrio Alberdi fue un ritual: la popular un poco más llena, los bombos y trompetas marcando el pulso, las banderas flameando y ese grito que explota cuando la pelota impulsada por Lucas Albertengo, Agustín Pastorelli, Ciro Leineker o Gabi Fernández besa la red.
El estadio se volvió un espacio de catarsis, de emoción contenida, de abrazos que condensan años de espera. Un gol significaba mucho más que una ventaja: era un acto de pertenencia.
El clásico que encendió todo
El punto de quiebre de la temporada llegó cuando Atlético recibió en Alberdi a su eterno rival, Club 9 de Julio de Rafaela, en un clásico que no se jugaba en una categoría nacional desde hacía 30 años. La ciudad se paralizó. La popular celeste estuvo colmada y la hinchada juliense despidió a su plantel desde su estadio.
La historia recordaba que en el último cruce de este tipo el triunfo había sido para los rojos. Esta vez, el guion fue distinto. Atlético ganó 3 a 1 y la tribuna estalló en una fiesta inolvidable: cantos, trapos, humo celeste y blanco, lágrimas y abrazos. Esa pasión, sin embargo, tuvo un costo: una sanción disciplinaria por el uso de pirotecnia no autorizada. Pero a nadie le importó demasiado en ese momento. Ese fue el momento de quiebre, donde se entendió que era posible esta final.
Una final que se soñó desde el primer día
Desde el inicio de la temporada, en Rafaela se repetía un lema: “De esta salimos todos juntos”. No era una frase vacía. Lo entendieron los jugadores, el cuerpo técnico y la hinchada. Cada partido fue un paso más hacia la tan anhelada final. Nadie dudaba de que Atlético iba a llegar: la categoría parecía demasiado chica para un club de semejante envergadura.
Y llegó el día. Este domingo 19 de octubre, desde las 16:00, Atlético enfrentará a Club Ciudad de Bolívar en el Estadio Único de San Nicolás, con el ascenso en juego.
Un pueblo en movimiento: entradas y traslados
La hinchada ya comenzó a movilizarse. Bajo la consigna “Todos a San Nicolás”, la venta de entradas arrancó en la sede del club el miércoles y no se detuvo. Las filas se multiplicaron y hubo hinchas que compraron cuatro, cinco o más tickets.
:format(webp):quality(40)/https://radiorafaelacdn.eleco.com.ar/media/2025/10/gentileza_gabriel_santillan.jpeg)
Los precios oficiales fijados por la organización son: $20.000 para la popular y $30.000 para platea. También se ofrecen paquetes con traslado en micro: $60.000 en popular y $70.000 en platea al contado, con opciones en cuotas. La parcialidad albiceleste ocupará las tribunas Dámaso y Platea Del Pozo.
En redes sociales, la expectativa se palpa en cada publicación. Hay quienes preparan sus banderas, quienes desempolvan la “ropa de gala”.
Y quienes simplemente no pueden manejar la ansiedad. “Agarre la entrada del domingo y me largué a llorar. Que llegue ya”, escribió una hincha en X. Otros lo viven como una cuenta regresiva que se mide en pulsaciones.
Pasión y solidaridad
La movilización no solo se da en las tribunas. También hay gestos que hablan de una identidad. A través de una iniciativa nacida en redes, el usuario “Pato99” comenzó una colecta para costear el viaje de un histórico hincha que no podía pagar su entrada ni el traslado. “Si 60 seguidores donan $1.000, le compramos el viaje y lo sorprendemos a la noche”, publicó. En pocas horas, la solidaridad albiceleste hizo su magia.
La esencia de un club de pueblo
El hincha celeste sabe de luchas y de amores incondicionales. Sabe que el fútbol en el interior se vive con el corazón. Por eso, ver a toda una ciudad movilizada por esta final no sorprende: emociona. Atlético es eso: pasión, identidad, pertenencia, y también solidaridad.
Este domingo no será solo un partido. Será una historia escrita por jugadores, dirigentes y sobre todo por miles de hinchas que —como siempre— estarán ahí, alentando hasta quedarse sin voz. San Nicolás se prepara para teñirse de celeste y blanco.

Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión