La Gloria se suma a Talleres y Belgrano en la elite del fútbol argentino, una coincidencia que no se daba desde el año 2000. Los méritos de un equipo austero que se lleva una justa corona.
Quien dice uno, dice dos y si hay lugar, entran tres: Instituto consiguió el segundo ascenso a la Liga Profesional de Fútbol y se sumó a Belgrano -que había sido el campeón de la Primera Nacional- y Talleres, que va por la novena temporada consecutiva en la elite. Desde el próximo torneo, tres de los 28 participantes, serán de Córdoba. La última vez de los tres en la máxima había sido en 2000, hace 22 años.
Después de 16 años de ausencia en la Primera División, Instituto volvió a pegar el salto. De esa manera, quitando a la superpoblada área metropolitana de Buenos Aires, Córdoba pasa a ser la segunda provincia con más representantes, ya que primero está Santa Fe, con cuatro: Unión, Colón y los rosarinos Newell's y Central.
Comandado por Lucas Bovaglio. Instituto alcanzó el segundo ascenso luego de intentar pelearle a Belgrano el campeonato, que terminó siendo para el Pirata con nueve puntos de ventaja sobre la Gloria.
Sin figuras de peso y con un plantel integrado por pocos futbolistas con roce en la máxima categoría, Instituto se abrió paso en el torneo que terminó segundo y le permitió sumarse en las instancias decisivas del Reducido que lo terminó catapultando a Primera.
La experiencia está condensada en Jorge Carranza, el arquero que en su recorrido ya lo tuvo bajo los tres palos de La Gloria en Primera División, algo que toda una generación de hinchas no experimentó.
¿Cómo se explica el ascenso? Instituto fue un equipo aguerrido, que fue al frente de local y visitante, pero que en su casa nunca perdió. Las únicas seis caídas a lo largo del torneo regular, fueron como visitante. De esa media docena de derrotas, una fue contra Belgrano y fue un punto de inflexión: de haber sido un triunfo, en Instituto creen que podrían haberle arrebatado el título al Pirata.
¿Tiene un juego vistoso? La verdad que no. Pero "ponen todos" y de esa manera equilibran las falencias de creación colectiva. Santiago Rodríguez fue quien subió la media de juego en un equipo en el que es el DT el que se destaca: supo armar un equipo austero y pararlo dentro de la cancha con una característica notable, que no le hicieran muchos goles, sobre todo cuando juega como local.
Este Instituto no tendrá nombres ilustres como los de José Luis Saldaño (que jugó en Boca); Osvaldo Ardiles (que también lo hizo en Huracán y con gran carrera en el fútbol de Inglaterra); el inmenso Mario Kempes (Valencia, River) o Alberto Beltrán (River, Gimnasia y Belgrano), pero una nueva camada de jugadores tallaron su nombre en la historia, como los responsables de devolver a Instituto a la máxima categoría.
► Te puede interesar: Las fotos de la fiesta de apertura del Mundial Qatar 2022
Fuente: Clarín
Comentarios