Así lo afirmó uno de los grandes ídolos de Atletico Rafaela, Darío "Chipi" Gandín, en diálogo con Radio Rafaela.

El 21 de junio de 2003 desde Mendoza Atlético de Rafaela tocaba el cielo con las manos: lograba el primer ascenso a Primera División.

Un gran plantel dirigido por el inolvidable y querido "Cachín" Blanco, conformado mayoritariamente por pibes salidos de la institución, cumplía el sueño de muchos rafaelinos que nuevamente veían como los sueños con trabajo y esfuerzo pueden hacerse realidad.

► Te puede interesar: Golden Boy 2023: Garnacho y Buonanotte nominados para el premio al mejor Sub-21 de Europa

Atlético en Primera, jugando con River, con Boca, Independiente,otro logro inmenso de una institución ejemplar de la ciudad que compitió y estuvo a la altura de las circunstancias.

Ezequiel Medrán, hoy entrenador de Atlético y Marcelo Barovero como suplentes. El Pipi Araujo y el Nano Clementz, Lucas Bovaglio, Nacho Celaya, Hugo Barrientos y Sergio Zanabria. Iván Juárez, el Polaco Marczuk y el Gallego Federico García, Claudio Filosa. Arriba: Rubén Forestello, Darío Gandín y Gonzalo Del Bono, son algunos de los nombres que han quedado en la historia celeste.

Y el sueño se hizo realidad

Atlético empezó el partido y a los pocos minutos ya perdía por dos goles. Pero no se achicaron nunca.

Filosa marcó el primer gol, el Yagui Forestello consiguió del empate y en el minuto 43 llegó el grito sagrado de gol cuando el Chipi Gandín anotó el 3 a 2.

En la mañana de Radio Rafaela dialogamos con el “Chipi” para recordar aquellos días: “Tengo muchos recuerdos de aquel partido. Cuando llegamos a Mendoza sabíamos que podíamos hacer historia y fue asi, Fue una fiesta y un momento inolvidable".

Cachín, el genio y cabeza de este equipo

Chipi, emotivo, recuerda a "Cachín" Blanco como un genio, "me marcó, me ayudó a crecer, me educó no solo en lo futbolístico sino en lo personal y en lo humano, eso se agredece de por vida".

Los recuerdos del partido y la intimidad del equipo después de la victoria

"Estábamos abajo, pensábamos en no perder el control y terminar con todos los jugadores porque si perdíamos se nos venía una final con el campeón del torneo" inició en su relato.

"Cuando entramos al vestuario nos mirábamos y nos dijimos que lo habíamos logrado, era un equipo humilde, nadie en el Nacional B daba un peso por nosotros y fuimos merecidos campeones punta a punta a lo largo de los dos campeonatos", contó con orgullo.

Tocando el cielo con las manos tras este logro deportivo, "Chipi" no dejaba atrás sus orígenes y cómo era antes todo, "era todo a pulmón, íbamos en colectivo con frío y tierra al autódromo, tomábamos agua en bidones de cinco litros, cosas que nos hicieron fuertes e hicieron que festejáramos el doble".

El reconocimiento de la gente

Los integrantes del equipo son todos ídolos para la parcialidad atletiquense que recuerdan con ilusión ese momento único en la historia futbolística del club “éramos muy unidos, porque si no hay unión en el grupo y si las cosas no están bien en el vestuario y todos no tiran para el mismo lado es muy difícil alcanzar el objetivo".

"Creo que estaba todo dado, uno jugaba en ese momento sin presión, éramos todos amateurs, pasaban cosas que hoy no pasan, el recorrido para jugar en primera es otro, fue un momento lindo, uno lo recuerda con alegría, "recuerdo al Gran Rifle, el masajista que te daba el cafecito en una taza, que nos cuidaban como si fuéramos lo mejor del club y solo éramos un grupo de pibes muy humildes con hambre de gloria y que logramos esto increíble".

"Fue todo increíble, ninguno del equipo durmió cinco minutos, esperando llegar a Rafaela y todo lo que imaginamos fue sobrepasado, momentos imborrables que quedarán en la mente de todos, para toda la vida", concluyó.