"Formamos esta escuelita porque muchos padres no pueden pagar un club"
Un grupo de familias en Rafaela sostiene a pulmón una escuelita de fútbol para que sus hijos no pierdan el vínculo con el deporte
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En un rincón del oeste rafaelino, entre camisetas donadas y entrenamientos a la luz natural, un grupo de padres y madres construye todos los días un espacio de inclusión y juego. La escuelita de fútbol que coordina Yamila Demalde junto a Lucas, nació por necesidad, pero crece gracias al compromiso y la solidaridad.
"Empezamos con 10 chicos, hoy ya son más de 30 y se siguen sumando. Es todo a pulmón", cuenta Yamila, con orgullo.
Una alternativa frente a las dificultades económicas
La iniciativa surgió a comienzos de este año, luego de que varios niños dejaran un club local por motivos económicos. “Decidimos no desarmar el lindo grupo que teníamos y seguir adelante”, explican. Así, padres y madres se organizaron para sostener la actividad sin depender de cuotas mensuales.
"Muchos padres no pueden pagar una cuota de socio. Pero queríamos que los chicos no pierdan la esencia de jugar a la pelota", remarcó Lucas.
Actualmente entrenan niños desde la categoría 2020 hasta 2017, y lo hacen en un espacio verde ubicado en Jaime Ferré y Francia, que comparten con otra escuelita.
Un pedido simple: un reflector
La mayor necesidad del grupo hoy es la iluminación del predio. Con la llegada del invierno y la falta de luz natural, las prácticas que empiezan a las 18:30 se ven severamente afectadas.
"Lo único que pedimos es un reflector más. No solo por nosotros, también por los vecinos que usan este espacio. No queremos otra cosa, ni materiales ni plata", enfatizó Yamila.
A pesar de haber gestionado ante la municipalidad, nunca obtuvieron respuesta. "Nos dieron una fecha para venir, los esperamos y no aparecieron", lamentó.
Camisetas, pelotas y solidaridad
Gracias a la colaboración de los propios padres, ventas y algunos sponsors, los chicos ya tienen su indumentaria y algunos elementos de entrenamiento.
"La municipalidad nos regaló una pelota, un sponsor nos donó otra, y después cada nene trae la suya. Así nos arreglamos", relatan.
Mucho más que fútbol
Para este grupo de familias, la escuelita es mucho más que una práctica deportiva. Es una red de contención, un espacio seguro, un proyecto con sentido comunitario.
"Esto también es para sacar chicos de la calle. Cada vez que uno se suma, sentimos que vale la pena", cerró Lucas.
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