Estado de salud de los heridos tras la batalla campal en Avellaneda
El partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana terminó en una noche de violencia extrema. Dos simpatizantes chilenos permanecen en terapia intensiva tras ser operados por traumatismos graves.
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Lo que debía ser una fiesta de fútbol en el estadio Libertadores de América–Ricardo Enrique Bochini terminó en una verdadera noche de terror. El encuentro de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido por los violentos enfrentamientos entre hinchas de ambos equipos.
El saldo fue devastador: 18 simpatizantes chilenos resultaron heridos, de los cuales dos se encuentran en estado crítico tras ser operados por traumatismos craneoencefálicos graves. Además, un total de 350 hinchas de la “U” fueron demorados en un operativo de seguridad que culminó con 111 detenidos, quienes serán indagados en las próximas horas junto a dos argentinos.
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Heridos en distintos hospitales
Los 18 heridos fueron distribuidos en tres centros de salud del conurbano bonaerense.
Hospital Fiorito (Avellaneda):
Gonzalo Alfaro (estado muy grave, operado por caída de altura), Jaime Mora (fractura con cirugía), Pablo Mora (politraumatismo), Brayan Martínez (apuñalado), Ignacio Castro (sutura en la cabeza), Diego Trujillo, Sebastián Aliste, Fernando Ortiz (politraumatismo de cráneo), Hian Abreu, Carlos Mesa, Román Silva y Victoria Niera (todos con politraumatismos).
Hospital Presidente Perón (Avellaneda):
Andrés Villalobos (traumatismo de cráneo, en observación), Diego Montero (apuñalado en el tórax y traumatismo de cráneo), Renato Urbina (traumatismo de cráneo).
Hospital de Wilde:
Joaquín Vaina, Rubén Torres, José Acuiada y Patricio Valenzuela (todos con politraumatismos).
El operativo y los incidentes
La noche violenta comenzó cuando un grupo de hinchas de Independiente ingresó al sector visitante, donde aún quedaban simpatizantes de la Universidad de Chile, y se desató la batalla campal.
Según fuentes policiales, el accionar de los hinchas incluyó el lanzamiento de piedras, butacas y hasta una bomba de estruendo en la Garganta Número 1. También se generó un foco de incendio en la Tribuna Alta.
Tras los disturbios, los simpatizantes chilenos fueron trasladados a Puerto Madero, donde se los identificó uno por uno para evaluar responsabilidades y posibles sanciones.
Consecuencias y futuro
La violencia obligó a la suspensión inmediata del partido y dejó un saldo preocupante. Dos hinchas permanecen en terapia intensiva, mientras que la Justicia deberá determinar las penas y restricciones para los implicados.
Lo que debía ser un duelo futbolístico por la Copa Sudamericana terminó en un episodio que vuelve a poner en debate la seguridad en los estadios argentinos y la violencia en el fútbol sudamericano.
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