Escándalo en Calcuta: detuvieron al organizador del evento de Messi tras el caos y los destrozos en el estadio
La visita de Lionel Messi a la India terminó envuelta en graves incidentes. Luego de la desorganización, las protestas de los hinchas y los daños en el estadio Salt Lake, la policía arrestó al principal responsable del evento y avanzó con una investigación oficial.
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Lo que estaba anunciado como un homenaje multitudinario a Lionel Messi en la India terminó convertido en un escándalo de alcance político y judicial. La policía de Bengala Occidental detuvo a Satadru Datta, principal organizador del evento realizado en el estadio Salt Lake de Calcuta, luego de los graves incidentes que se produjeron tras la visita del capitán de la selección argentina.
La detención se concretó en el aeropuerto de Calcuta, cuando Datta se encontraba despidiendo a Messi y a la delegación que viajaba rumbo a Hyderabad. Según informaron las autoridades, la medida se tomó en el marco de una investigación por presunta mala gestión del espectáculo, que derivó en el descontento generalizado del público, el colapso de la seguridad y los destrozos dentro del estadio.
Investigación oficial y promesa de reembolsos
El Director General de Policía, Rajeev Kumar, explicó que el arresto forma parte de una investigación más amplia para determinar responsabilidades. “Estamos analizando si hubo fallas graves en la organización que provocaron el caos en el estadio. El responsable fue detenido y la situación está bajo control”, señaló.
Además, las autoridades confirmaron que Datta firmó un compromiso por escrito para reembolsar el valor de las entradas a los espectadores, una de las principales demandas de los hinchas afectados tras el frustrado evento.
Miles de fanáticos denunciaron no haber podido ver correctamente a Messi pese a haber pagado valores elevados por los boletos, cuyos precios oscilaron entre 4.500 y 12.000 rupias (aproximadamente entre 50 y 132 dólares). Muchos llegaron al estadio varias horas antes con la ilusión de presenciar de cerca la aparición del ídolo argentino, que estuvo acompañado por Luis Suárez y Rodrigo De Paul.
Desde su ingreso al Vivekananda Yuba Bharati Krirangan, el vehículo de Messi fue estacionado sobre la línea de banda y rápidamente rodeado por organizadores, personalidades, políticos y fuerzas de seguridad. Esa situación limitó la visibilidad del futbolista para la mayoría de los asistentes. El rosarino apenas recorrió el césped durante algunos minutos y saludó a un sector de la tribuna antes de retirarse.
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Protestas, vandalismo y despliegue policial
La abrupta salida de Messi fue el detonante de la furia. Dentro del estadio, un grupo de seguidores inició protestas que incluyeron arrojar botellas y sillas al campo de juego, derribar vallas publicitarias, romper asientos y pancartas, e intentar superar los controles de seguridad.
Testigos relataron que, tras la retirada del futbolista y su comitiva, los organizadores dejaron de estar presentes y los mensajes por megafonía para ordenar el desalojo fueron desoídos. Ante la escalada de violencia, la policía debió desplegar a la Fuerza de Acción Rápida para recuperar el control, aunque no logró evitar daños importantes en la infraestructura del estadio.
Repercusiones políticas y pedido de disculpas
El impacto del escándalo trascendió lo deportivo. La ministra principal de Bengala Occidental, Mamata Banerjee, expresó públicamente su conmoción, pidió disculpas tanto a Messi como a los hinchas y anunció la creación de un comité de investigación encabezado por el juez retirado Ashim Kumar Ray, con el objetivo de establecer responsabilidades y proponer reformas para evitar hechos similares.
Por su parte, el gobernador CV Ananda Bose calificó lo ocurrido como un “día negro para la cultura deportiva de Calcuta” y reclamó acciones firmes contra los responsables, señalando que tanto los organizadores como las fuerzas de seguridad incumplieron su deber frente a la ciudadanía.
Las críticas continuaron creciendo a medida que se conocieron nuevos testimonios sobre demoras en los accesos, falta de servicios básicos y promesas incumplidas. Para la policía, la violencia se desató una vez que Messi abandonó el estadio, cuando la frustración de los asistentes superó cualquier control, dejando al descubierto una organización que nunca estuvo a la altura de un evento de semejante magnitud.
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