Los fierreros están a la espera para ingresar al Autódromo este viernes a partir del mediodía y ser parte nuevamente de la fiesta del TC. La cola ya cruza la vía.
Este jueves se vive a pleno en las inmediaciones del Óvalo. Las clásicas banderas de Ford y de Chevrolet flamean a lo largo del Bv. Lehmann y agregan color al cielo rafaelino.
Carros, autos, motos, casillas, camiones ya se preparan para la gran fiesta que dará comienzo este viernes cuando abran las puertas del Autódromo Ciudad de Rafaela. La categoría más popular del país genera entre sus fieles seguidores una emoción distinta a todas.
Es que la multitud que se da cita cada 15 días en los distintos autódromos del país no se parece a nada. Podría confundirse con un festival de rock, si no fuera porque la música que se escucha es el ruido de motores. Podría ser un encuentro futbolístico, pero no lo es, porque el TC no genera violencia y los fanáticos de los distintos equipos comparten con alegría los días que pasan juntos a la espera de la largada.
En ese marco, Rafaela es – sin duda – el circuito preferido y puede observarse por la enorme fila que se genera ante cada carrera para disfrutar del espectáculo. Es algo único, que hace palpitar el corazón tuerca de la ciudad.
Este jueves, Radio Rafaela estuvo dialogando con quienes, a la espera de entrar al Autódromo, ejercitan su paciencia en misma medida en la que crecen las ganas de que todo empiece de una vez. Sin embargo, la aventura para muchos de ellos comenzó hace más de un mes.
Desde San Martín de los Andes llegó a ver la carrera una familia de viajeros de seis integrantes, cada uno fanático de una marca. "Llegamos el sábado pasado y estamos compartiendo este momento con ‘Los Hermanos. Los de Siempre’ que están desde hace más de un mes", contó uno de los integrantes de la familia. "Estamos contentos de disfrutar esta maravilla que es el folklore del TC que vivía con mi papá cuando era chico. Volver ahora con mi familia es fantástico", dijo.
Cuentan que son una familia viajera, "hace cinco años que recorremos América. Estábamos en Paraguay y nos enteramos que se realizaba la segunda carrera en Rafaela y decidimos traer a los chicos que nunca tuvieron la vivencia".
A pesar de que dentro de la familia cada uno de ellos simpatiza con una marca distinta, terminaron diciendo: "vamos a festejar gane quien gane porque el TC es una fiesta".