Más de un centenar de simpatizantes de Fluminense invadieron la playa donde un gran grupo de "Xeneizes" disfrutaban de la jornada. Los hinchas argentinos denuncian que sufrieron el robo de celulares e indumentaria. Cuando las fuerzas policiales intervinieron fue para reprimir a las víctimas del ataque. La dirigencia de Boca solicitó que se refuerce la seguridad en la zona de Copacabana.
A poco menos de 72 horas para la gran final de la Copa Libertadores, Río de Janeiro se convirtió en un foco de violencia que tiene a los hinchas de Boca que viajaron al país vecino como las principales víctimas.
Esta tarde, más de un centenar de barrabravas de Fluminense emboscaron a los “Xeneizes” en las playas del centro de la ciudad. Según relataron los testigos presenciales del violento episodio, los simpatizantes brasileños golpearon y le robaron celulares y otras pertenencias a sus pares argentinos.
Algunos minutos más tarde, varios móviles de las fuerzas de seguridad se hicieron presentes en la zona y procedieron a reprimir a los pocos “bosteros” que habían evitado el ataque barrabrava. Mientras tanto, los de Fluminense huían de la escena.
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Esta escena de violencia se suma a la ocurrida hace tan solo 48 horas, pero de menores dimensiones. El hecho se dio a conocer gracias a que los propios hinchas de Boca comenzaron a compartir fotos y videos en sus redes sociales. “Nos cagaron a palos. Me robaron el celular. Éramos 30 y vinieron con reposeras a la playa a rompernos la cabeza”, contó uno de ellos, quien también aseguró que le pegaron a las mujeres".
Tras la feroz emboscada que alejó a los hinchas de Boca de las playas, el grupo de violentos brasileños se fotografió y subió la imagen a las redes sociales.
Anoticiados de los lamentables acontecimientos, desde la dirigencia de Boca se comunicaron con su pares de CONMEBOL para que interceda ante la Prefectura de Río de Janeiro para reforzar la seguridad en la zona de Copacabana.
Desde la casa madre del fútbol sudamericano respondieron que iban a contratar más seguridad privada ya que ven que la policía no está a la altura de las circunstancias y que además “generan más problemas en vez de solucionarlos”. Por el momento el operativo para el sábado suma 2.250 policías y 1.744 personas de seguridad privada. (DA)