Los tanques de acetileno e hidrógeno, a metros del lugar donde cayó la avioneta, podrían haber generado una explosión de "grandes proporciones", aseguran los bomberos
Poco se sabe todavía del siniestro ocurrido el viernes pasado, cuando una avioneta se estrelló en la planta de Air Liquide, una planta distribuidoras de gases industriales y medicinales. Lo que sí está claro es que se trató de lo que se suele llamar una desgracia con suerte. Según el testimonio de los bomberos que trabajaron en el lugar, "podría haber sido una tragedia peor que la de calle Salta". Una columna que desvió el vuelo de la aeronave y el tanque de la avioneta que no explotó resultaron claves para evitar una tragedia mayúscula.
La planta de Air Liquide está ubicada en la zona oeste de Rosario, en Presidente Perón al 7600. Una zona tradicionalmente de industrias y depósitos. A metros, están las plantas de Tersuave y de Prinsley, una empresa dedicada a la venta y distribución de Gas Licuado.
En esa geografía, el viernes pasado, cerca del mediodía, impactó una avioneta Cessna 152, piloteada por Juan Manuel Medina, de 46 años, quien falleció en el acto. El vuelo había salido desde el Aeroclub Rosario, ubicado en Alvear, sin autorización para volar en zonas urbanas.
El piloto había sido empleado de Air Liquide, pero había sido desvinculado con anterioridad al siniestro.
La avioneta impactó en la parte posterior del predio, muy cerca del galpón donde la distribuidora de gases acumulaba tanques con acetileno, hidrógeno y oxígeno a presión. Pero afortunadamente, el tanque de la aeronave no explotó.
El factor suerte
"Hubiera generado una explosión de grandes proporciones", señaló Carlos Rusi, jefe de los Bomberos Zapadores y del equipo que ese viernes trabajó en la planta de Air Liquide.
El comisario explicó que técnicamente, el combustible gaseoso almacenado en la planta son altamente explosivos, como el acetileno y el hidrógeno. "Si alguno hubiera estallado, se podría haber generado lo que se llama una explosión por simpatía", explicó, generando toda una serie de siniestros en cadena.
El resultado, dijo, "es difícil de calcular", pero "podría haber sido una tragedia peor que la de calle Salta", sostuvo en alusión al escape de gas que hace once años terminó con la vida de 22 personas y redujo a escombros dos edificios de departamentos.
En el escenario estaba todo dado para que así fuera. Si embargo, para Rusi hubo dos factores que intervinieron para que el siniestro no pasara a mayores: una columna desvió el rumbo de la avioneta. Si eso no hubiera pasado, "la aeronave impactaba de lleno el el galpón.
Además, el tanque de combustible de la avioneta, con capacidad para cargar unos cien litros, no explotó el momento de impactar. Nadie puede todavía explicar el por qué.
Cuando los bomberos llegaron al lugar la planta de Air Liquide ya había sido evacuada, sólo quedaban una decena de empleados. En el ingreso al predio había unas 50 personas, entre empleados de la empresa, de otras empresas vecinas y curiosos.
En investigación
El siniestro en el que falleció el piloto rosarino está en investigación en la Justicia provincial. Esta semana la fiscalía recabará testimonios entre allegados al piloto y testigo del hecho que observaron la aeronave sobrevolar en círculos en torno a la fábrica Air Liquide antes de precipitarse.
La Junta Nacional del Transporte (JST) envió un investigador para realizar pericias del suceso aéreo. Se espera que esta semana el organismo elabore su primer informe y en 30 días se conocerá el reporte preliminar para determinar la competencia de la investigación.
Desde la Fiscalía indicaron que los próximos pasos de la investigación consistirán en la toma de declaraciones a familiares de Medina y también a personal de la empresa. Por el momento se desconoce si se trató el móvil del hecho, aunque se analiza la hipótesis de que el piloto se haya estrellado intencionalmente sobre el establecimiento.
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