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Un sacerdote franciscano santafesino construyó un centro agropecuario en África: su historia

Junto a otros franciscanos trabaja en una aldea de Mozambique, África, donde se propusieron dos objetivos, desarrollo económico local y la educación.

Jorge Alberto Bander es un sacerdote franciscano santafesino que hace un buen tiempo crea y desarrolla un centro agropecuario en la Aldea de Jécua, en Mozambique, África.
El hombre es oriundo de Gobernador Crespo, Santa Fe, donde vivió e hizo parte del secundario. Luego, gracias a su proceso vocacional franciscano fue recorriendo varios lugares.

"Estudié en el colegio máximo de los padres jesuitas en San Miguel y en ese tiempo el Papa era rector del máximo y profesor nuestro, por lo tanto también había un poco algo personal. Después tuve comunicación con él, le compartimos nuestra experiencia de África porque consideramos que alguien que nos invita a ir a la frontera de alguna manera nos acompaña también, y de hecho nos ha mandado cartas de puño y letra alentando un poco lo que estamos haciendo y acompañándonos"

Contó que para este proyecto que encaró se inspiró en las dos encíclicas del Papa Francisco, Laudato si', donde se aborda el cuidado a la madre tierra y Fratelli tutti, donde se plasma la creación de espacios solidarios para que la gente pueda vivir mejor.
El sacerdote junto a otros franciscanos hace mucho tiempo que vienen trabajando en ese lugar. Bander se unió a los frailes porque le interesó su propuesta. "Estamos creando condiciones y posibilidades para que muchos puedan mejorar su vida y con el principio de que el trabajo es lo que potencia, dignifica y posibilita", sostuvo sobre este centro agropecuario.

En la aldea donde trabaja hay alrededor de 300 familias pero los franciscanos se encuentran atendiendo una parroquia rural de 64 comunidades o pequeñas aldeas, por lo que están vinculados con un gran sector de la población. Según detalló el santafesino un 90% vive del cultivo de la tierra, pero a una escala muy pequeña porque es todo a mano. "Nuestra intención es mejorar eso en la medida de las posibilidades porque en Argentina tenemos todo un camino hecho y una riqueza y podemos participar y compartir un poco de tecnología y demás. La idea es trabajar con ellos, hacer talleres para mejorar el cultivo, el cuidado del suelo, que lo que se produzca sea mejor alimento para las familias", expresó.
Jorge Alberto Bander ya tiene experiencia en estas tareas porque trabajó siempre con su familia una huerta que tenían. Dio a conocer que un argentino quiere ayudarlos con su centro agropecuario dándoles un aporte para poder contar con conexión banda ancha. Al respecto, manifestó:

"Puede ser una posibilidad hermosa para que este lugar tan desolado que ni corriente eléctrica tiene, de pronto podamos conectarnos un poco con el mundo y acercar muchas cosas lindas que pueden estar pasando en otros lados".

Jorge señaló que la gente de allí vive en la pobreza y la pequeñez pero cuentan con unos valores maravillosos culturales de los cuales tienen que aprender los argentinos.
Pedro Peca es otro sacerdote argentino que está en Madagascar, frente a Mozambique. "El hombre transformó un basural en una ciudad", precisó Jorge y llamó a la reflexión: "Por qué no pensar en dar respuestas en el lugar a la gente que no tenga que inmigrar, sino que encuentre posibilidades de desarrollo, de superación, de tener alas".

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El franciscano resaltó que su proyecto tiene dos pilares, el desarrollo económico local y la educación. "Estamos pensando en una escuela agropecuaria para que la gente, los chicos y las chicas sobre todo que a veces tienen menos posibilidades en estas sociedades que tienen una cierta influencia musulmana, tengan posibilidad de estudiar y de insertarse en el mundo laboral, con el principio clave de que el trabajo dignifica porque el subsidio a la larga no termina ayudando nada", apuntó.
Sobre sus inicios en la aldea siendo un sacerdote, señaló: "La actitud fundamental es entrar en puntitas de pie y muy respetuosamente, en todo el sentido de la palabra porque nosotros, como francisanos sobre todo, tenemos la intención de no imponer nada sino de compartir. Es verdad que el anuncio de la palabra nos acompaña pero siempre en un espíritu de mucho respeto porque creemos que hay una gran riqueza cultural y religiosa en este pueblo". Indicó que hay musulmanes, un gran porcentaje que está en religiones tradicionales y muchos que ya tienen experiencia católica en la iglesia. Aclaró que el trabajo que llevan a cabo está apuntado a todos sin importar sus creencias.

Entrevista realizada por UNOSantaFe

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