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Santa Fe: encontraron una anaconda amarilla en la playa de la Costanera Este

Encontraron una anaconda amarilla en la playa de la Costanera Este. La serpiente salió a tomar sol y luego se fue nadando.
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En la Costanera Este de la ciudad de Santa Fe, guardacostas de la zona encontraron una boa Curiyú o anaconda amarilla en la playa, a la orilla de la Laguna Setúbal. La anaconda era de gran tamaño, midiendo aproximadamente 2 metros y con una predominancia del color negro oscuro en su piel, inusual en serpientes de su tipo.
Según uno de los guardacostas que avistó a la serpiente, es normal encontrar este tipo de animal en la costa y su aparición es usual, aproximadamente cada 4 o 5 días. Cuando hay bañistas en la zona, para evitar cualquier riesgo, los guardavidas se encargan de recogerla y trasladarla río abajo o a la reserva.
A la boa Curiyú se la veía tranquila y mansa. Se supone que el animal salió a tomar sol. Luego, se fue nadando hacia el norte (río arriba). Y, aunque sea usual encontrarse con estas serpientes, “es la primera que nos toca tan grande”, contó el guardacostas.
Este tipo de actividad animal aumentó debido a la crecida del río. Incluso también puede verse la incrementación de la presencia de peces, en especial de dorados.

La boa Curiyú o anaconda amarilla: qué hay que saber
La boa Curiyú o anaconda amarilla (eunectes notaeus) es el más grande de los boídeos argentinos. Llega a medir hasta 4 metros y su peso alcanza los 30 kilos, aunque los machos adultos son notablemente más pequeños que las hembras. Su piel se considera valiosa tanto por sus escamas como por su diseño.
Se la ha clasificado como una especie en estado vulnerable, debido a su caza por su piel y su frecuencia reproductiva baja. Aun así, estaría en proceso de recuperación.
Según Leonardo Leiva, licenciado en biodiversidad encargado de las colecciones biológicas en el Museo Provincial de Ciencias Naturales "Florentino Ameghino", la boa Curiyú suele habitar en la provincia de Santa Fe, principalmente en las zonas del norte como Alejandra y San Javier. Su distribución llega hasta el norte de la provincia.
Es una serpiente asociada a ambientes acuáticos, principalmente en los ambientes de humedales (lagunas, esteros, bañados, cañadas y valles de inundación), siempre en proximidad de las cuencas de los ríos. “Es común verlas en la orilla, tomando sol cuando hace frío. Es un bicho que la gente del campo al norte lo conocen”, explicó Leiva.
Leonardo agregó que, a pesar de ser un animal manso que no suele atacar, si se la intenta capturar o si se llega a molestar, puede morder. “No tiene venenos tóxicos, pero la mordedura tendría un efecto mecánico que causaría daño por la cantidad de dientes”, explicó.
La boa Curiyú o anaconda amarilla no debe confundirse con la Ñacaniná, una culebra grande, pues los colores y el tamaño son parecidos entre ambas. Además de que suelen habitar en ambientes similares.
Tipos de serpientes en el centro de la provincia de Santa Fe
Según el Museo "Florentino Ameghino", junto a otros organismos y organizaciones, en el centro de la provincia de Santa Fe se han registrado al menos 50 especies de serpientes. Estas se pueden clasificar en las que:

1. No poseen venenos y no muerden:
Culebra de líneas amarillas
Culebra verde y amarilla
Serpiente de dos cabezas
Culebra parda
Ñanduriré o Dormilona
Víbora ciega
Víbora de cristal
Culebra verde de vientre rojo
Falsa Yarará de hocico ñato
2. No poseen venenos y muerden si se las molesta:
Falsa Yarará
Culebra chaqueña trepadora
Culebra arborícola
Culebra acuática
Ñacaniná o cobra acuática
Curiyú
3. Poseen venenos leves a tóxicos, puede morder y se requiere cuidado médico:
Musurana marrón
Culebra verde
Culebra ratonera
Culebra ojo de gato
Culebra esmeralda
4. Poseen venenos muy tóxicos, puede morder y se requiere un suero específico:
Yarará chica
Cascabel
Coral verdadera
Yarará grande
Fuente: Aires de Santa Fe.

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