El 3 de mayo es el Día de la Milanesa en Argentina, una de las comidas preferidas por los argentinos y que forma parte de la bandera del país, junto al asado y las empanadas.
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El Día de la Milanesa se puede celebrar yendo a un restaurante o bodegón a comer una, en formato sándwich o al plato, frita o al horno, con papas fritas o puré, pero también con fideos con manteca: la milanesa es el plato favorito de los chicos pero también de los adultos cuando hay poco tiempo y mucho apetito.
El Día de la Milanesa se celebra en la Argentina este martes 3 de mayo pero la fecha elegida no tiene ninguna relación con su historia, sino que fue elegida al azar por un grupo de fanáticos que en el año 2011 iniciaron una campaña a través de las redes sociales para homenajear a su comida favorita. Desde entonces, muchos restaurantes fueron sumándose a la costumbre y ofreciendo promociones del plato.
Origen
Su origen es ampliamente discutido. En un comienzo se suponía que había nacido en Viena, de donde proviene el schnitzel o escalope vienés, un plato muy parecido a la milanesa. Pero luego se dijo que la receta original proviene de Milán, donde se preparaba el escalope (comida muy popular en Europa), con huevo y pan rallado. Lo cierto es que fue en América latina donde comenzó a llamársela con ese nombre y donde se hizo enormemente popular.
Aunque lo cierto es que en argentina se creó su variante "Napolitana". Cuenta la leyenda que fue José Nápoli dueño de un bodegón frente al Luna Park, el que un día decidió usar jamón, queso y salsa de tomate para disimular que se le habían pasado de cocción unas milanesas; las "milanesas a lo Nápoli" no tardaron en encantar a los clientes y pronto mutaron en "milanesas napolitanas".
¿Qué es una milanesa?
Básicamente la milanesa es un filete fino, normalmente de carne de vaca, pasado por huevo batido y luego por pan rallado, que se cocina frito o al horno y suele acompañarse con una guarnición, como papas fritas o una ensalada.
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¿Sabías que la milanesa tiene su día? El 3 de mayo.
La iniciativa fue impulsada años atrás por usuarios de las redes sociales para reconocer a este plato típico de los argentinos. Una de las versiones más difundidas revela que la receta se originó en el período barroco, cuando se acostumbraba a bañar todo en oro. Esta moda llegó al arte culinario también, y los chefs de la época buscaron simular el baño dorado.
¿Qué variantes de milanesa hay?
Pffff, infinidad. A continuación una lista de lo más típico:
- Milanesa a la Napolitana: se trata de una milanesa a la que se cubre con jamón cocido, queso (comúnmente mozzarella), salsa de tomate y en algunos casos orégano y se condimenta con especias, sal, pimienta, etc. Primero se frita y posteriormente se le agregan todos los ingredientes y se lleva al horno donde se derrite y se gratina la mozzarella.
- Milanesa a caballo: se trata de una milanesa de carne que se sirve acompañada con dos huevos fritos sobre ella.
- Milanesa rellena: se realiza con filete de bola de lomo o nalga al que se rellena con panceta, huevo duro, mozzarella, zanahoria rallada, aceitunas y se condimenta con sal, pimienta.
- Milanesa a la suiza: es una milanesa de carne, que se prepara con salsa blanca, queso gratinado, pimienta y ají. Se la suele acompañar con papas fritas.
- Suprema de pollo: es una milanesa que se hace con la pechuga del pollo. (Respecto a la suprema hay intensos debates sobre si incluye o no al huesito correspondiente al comienzo del ala)
- En sanguche: la clásica comida para llevar al trabajo en un tupper. Ingredientes para el sándwich: jamón, queso, lechuga, tomate. Opcional, huevo frito. El orden de los ingredientes en el sanguche a criterio de cada uno, en lo personal lo prefiero así (de arriba a abajo): pan, lechuga, tomate, milanesa, queso, jamón, pan. El lugar del queso es discutido también, se lo puede poner arriba de la milanesa para que con el calor de la misma se derrita un poco y quede mucho más rico.
Como preparar la mejor milanesa según el equipo de Radio Rafaela
Elección de la carne: nalga, sin duda. Aunque peceto y bola de lomo son muy buenos también. La elección se debe a que los cortes son tiernos y tienen menor proporción de nervios y tejido conectivo molestos al masticar. La carne se corta en filetes de 1cm y luego se pueden aplastar con el martillo de cocina, un poco de pan rallado a la carne primero y después con el martillo (recuerden poner un separador o algo similar sobre el filete para después darle con el martillo). Hay que tener en cuenta el tamaño porque la milanesa tiene que entrar completa en el sartén para una cocción pareja, si queda muy grande la cortas al medio y lesto.
Mezcla del huevo (mejunje): huevos de campo bien mezclados. Condimentados con sal, pimienta, perejil fresco, ajo, mostaza. Mucha gente le agrega leche para suavizar al huevo, le da un gusto muy rico. Si andas con tiempo de sobra, podes preparar el mejunje y dejar el bife adentro de un día para el otro, la diferencia se nota.
Empanado: la elección del pan es clave, mientras más fresco y uniforme mejor. Evita que después de la cocción se salga. Si se puede conseguir en una panadería, mejor. El empanado no debe superar a la carne. Debe ser fino para que la carne no pierda el protagonismo. Hay gente que prefiere empanarlas 2 veces, eso ya es a criterio de cada uno. Recomendación personal, dejarlas reposar unas horas en la heladera, esto ayuda a que no se despegue el pan rallado. También hay gente que primero las pasa por harina, le da una capa finita de harina, después por el mejunje y por último las empana, pero de nuevo, es a criterio de cada uno.
Cocción: frita, obviamente. La temperatura del aceite es clave para que no se quemen por fuera y no se cocinen por dentro. A fuego medio, quizás un toquecito más, es perfecto. Cabe aclarar que si van a ser a la napolitana es preferible sacarlas apenas doradas porque después van a ser pasadas por el horno. También se pueden cocinar al horno, son más sanas por la cantidad de aceite. Tiene su truquito para hacerlas al horno y que tengan la textura y casi sabor como si hubieran sido fritas: calentar primero una asadera, rociar después con aceite, colocar las milanesas y llevarlas al horno bien caliente, antes de darlas vuelta agregarle un toquecito de aceite para que se cocine el pan rallado con el aceite; y la carne se cocina con el calor del horno. Cuando la milanga está ya cocinada, las pones en un plato con papel absorbente para sacar el excedente de aceite.
Guarnición: si las milanesas son a la napolitana, la guarnición perfecta son las papas fritas (es preferible fritar las papas antes que las milanesas). Si son milanesas fritas, comúnmente se acompañan con puré; o con ensalada de lechuga, tomate y huevo duro, nunca falla; otra alternativas: papas con mayonesa, ensalada de repollo, puré de calabaza, lo que a vos más te guste.
Tema limón: es muy discutido, si las milanesas se comen con limón o sin, con mucho o un poquito. En lo personal, le pongo limón, aunque no mucho. Elige quien coma la milanesa.