La exparticipante de Gran Hermano viajó junto a su familia y el perro que adoptó en el reality a la costa argentina para descansar por Semana Santa.
Después de pasar más de cinco meses adentro de la casa de Gran Hermano, Romina Uhrig se reencontró con sus tres hijas, Mía, Nina y Felicitas, que la esperaban y extrañaban, en especial las más chiquitas, de 3 y 1 año, respectivamente. Pero la alegría fue realmente completa cuando la exdiputada pudo adoptar formalmente al perrito que había entrado a la casa más famosa del país y que se había encariñado con ella.
Caramelo le pusieron de nombre todos los hermanitos, y junto a Mora, se divirtieron varios meses adentro del certamen. Cabe recordar que este último fue adoptado por el ganador de esta edición, Marcos Ginocchio.
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Al salir de la casa, Romina permaneció varios días en un hotel para poder reinsertarse de a poco en la vida real, y mientras tanto el perrito quedó al cuidado de un veterinario, junto a su hermano de sangre. Durante esos días, creció la incertidumbre de si finalmente se lo entregarían en adopción, porque había dudas acerca de su cuidado y de si se podrían cubrir las necesidades básicas del animal.
Sin embargo, después de una semana, Caramelo llegó al hogar de Romina, quien se lo presentó formalmente a sus nenas y entre todas le hicieron una adaptación muy acogedora en su casa. Desde ese día, la mascota no se despega ni a sol ni a sombra de la expareja de Walter Festa ni de sus hijas.
Tanto es así, que en esta oportunidad Romina aprovechó el feriado por Semana Santa para tomarse unas merecidas mini vacaciones después de haber estado encerrada adentro del certamen durante tantos meses. Hacía mucho que la exdiputada no visitaba el mar y quiso hacerlo en compañía de sus nenas.
Así fue como eligió Pinamar para descansar y distenderse junto a su familia. Desde ya que Caramelo fue también de la partida, y así lo dejó plasmado en sus redes sociales. A través de su cuenta de Instagram, la cocinera del reality subió un video en el que se la podía ver paseando por el bosque de esa ciudad con el perrito a upa y hablándole a la cámara le presentó el lugar.
“Bueno, acá estamos con Caramelito, está conociendo Pinamar Caramelo. La costa argentina, estamos acá, estamos muy bien, muy contentos. Ahí está Mía, ahí está Juani, estamos yendo con las nenas que están en los jueguitos. Saludá Caramelito”, dijo mientras le movía la patita delantera y el animal le daba besos.
En otro posteo se la pudo ver a la exdiputada junto a Mía, su hija mayor, con una canción muy tierna de fondo y con una leyenda que decía: “Cómo extrañaba estos momentos con vos, mi amor”, mientras ellas disfrutaban de unas piezas de sushi.
Para Romina fue muy importante la aceptación de su hija para entrar al reality de Telefe, ya que la nena se mostró muy crítica de su paso por el certamen. En el estudio de A la barbarossa, el ciclo que conduce Georgina Barbarossa por Telefe, hace unos días Mía había sido muy tajante con su mamá.
Cuando la conductora le consultó sobre qué le había parecido la actuación de Romina adentro de la casa, la nena expresó sin filtro: “No me gustaba verla, estaba siempre enojada, pero bueno, nadie es perfecto”.
Con esas palabras, la hija mayor de Uhrig deslizó el malestar que le causó las actitudes de su mamá adentro del juego. Enseguida Georgina intentó poner paños fríos sobre el duro comentario, y explicó que “todos nos enojamos en algún momento”, pero la chica se quedó con los brazos cruzados, firme en su postura. INFOBAE.