Los argentinos disfrutaron de una velada romántica y la clásica entrega de rosas rojas por parte del cantante.
Roberto Carlos volvió a la Argentina y se reencontró con sus fans en una noche que nadie podrá olvidar. Es que durante dos horas de concierto, entonó sus más grandes canciones y volvió a enamorar al público que lo sigue desde hace años. También sorprendió a aquellos jóvenes que asistieron para acompañar a sus familiares, evidenciando que su talento traspasó generaciones.
Luego de que su orquesta tocara las introducciones de sus máximos éxitos, el músico brasileño de 83 años salió al escenario completamente vestido de blanco y le dio inicio a la velada de este lunes en el Arena de Buenos Aires con “Emociones”, “Qué será de ti”, “Cama y mesa”, “Detalles” y “Desahogo”. Siguió con “Lady Laura” -un éxito de 1978-, “Mujer pequeña”, “Propuesta”, “Cóncavo y convexo”, “Calhambeque” y “El Gato en la oscuridad”, que les sacó lágrimas a más de uno.
En todo el recital, Roberto Carlos demostró por qué es el gran artista romántico de Latinoamérica. Los nuevos seguidores también se sorprendieron con su entrega y la profundidad de sus letras. Pese a un Arena completamente lleno, se visualizaron varias personas en silla de ruedas, muletas y con bastones. Las dificultades no impidieron que pudieran disfrutar de la gran noche, donde la felicidad y las sonrisas estaban garantizadas.
Con su voz fresca e impoluta, el amado intérprete continuó el repertorio con “Ese tipo soy yo”, “La distancia” y “El día que me quieras”, de Carlos Gardel. Fue ese tal vez uno de los momentos más euróficos de la noche, ya que adultos y jóvenes -muchos de ellos en calidad de acompañantes de sus padres y abuelos- conocían cada frase del hit que también estuvo en boca de otros famosos, como Luis Miguel.
Roberto Carlos exclamó que la Argentina fue el inicio y el epicentro de su carrera, que ya tiene más de seis décadas. Más tarde, cumplió con la melodía más deseada. Llegó el momento de “Amigo”, una de sus canciones más exitosas que hizo levantar al público. La imponente banda que lo acompañó continuó con los acordes de “Jesús Cristo” y así luego para prepararse para la recta final. La última parte de la velada estuvo adornada con “Amada Amante”, “Un millón de amigos” y “Solamente una vez”.
Antes de retirarse del escenario, el destacado intérprete repartió besos simbólicos y las clásicas rosas rojas, que obligaron a varias fanáticas a rendirse a sus pies para llevarse una de recuerdo. Muchas de ellas lo lograron.
TN