“En dos segundos perdimos un montón de cosas de valor que a nosotros nos costó un montón tener. Fue una imprudencia de una persona que no tomó conciencia en el momento del daño que pudo haber ocasionado”, contó la víctima.
Mientras se vivía una fiesta en la ciudad con la final del TC en el Autódromo, una familia de Rafaela atravesaba un difícil momento. Todo ocurrió el domingo, cuando Romina Solís estaba de viaje con su hijo Franco.
En su vivienda se encontraba otro de sus hijos, Joaquín, junto a su pareja. En cierto momento, escucharon ruidos en el techo, concretamente en uno de los perfiles. Cuando se acercaron, notaron que estaban soldando porque vieron humo desde el interior de la casa.
Esto respondería a una obra en construcción que están llevando adelante al lado de la vivienda hace aproximadamente dos semanas. “Hay un desacuerdo, estamos separados los dueños de la casa y no había acuerdo. Yo decía que no, el papá de los chicos decía que sí, y se prendieron igual de mi pared sin mi consentimiento”, contó Romina a Radio Rafaela.
“Esta gente levantó pared igual, y no solo eso”. Ese día domingo en el que Romina no estaba en la ciudad, además de ingresar humo a su casa, ingresaron chispas y eso provocó un grave incendio. “En dos segundos perdimos un montón de cosas de valor que a nosotros nos costó un montón tener”, contó.
“Lamentablemente, es una desgracia con suerte. Nosotros tuvimos suerte de que no avanzó para la parte de mi casa, esto es el quincho nada más, pero a nosotros nos costó tenerlo. Esto fue una negligencia, una imprudencia de una persona que no tomó conciencia en el momento del daño que pudo haber ocasionado”, relató Romina.
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Joaquín aspiró mucho humo, sufrió mucho dolor de cabeza y la garganta muy seca. El lunes por la noche fue atendido por el Servicio de Emergencias 107 y fue revisado en más de una ocasión por los profesionales médicos del hospital.
Los daños más graves fueron fundamentalmente materiales, con pérdida de ropa de Jeremías, uno de los hijos de Romina. También perdieron varias prendas su hijo Joaquín y su nuera, que tenían almacenadas en el sector del incendio.
A esos elementos, se suma “soldadores, hidrolavadoras, sillones, televisores, una colección completa de motos. Tuvimos un montón de cosas que no vamos a poder recuperar”, enumeró Romina. Como consecuencia del incendio, debió reponer vidrios, contratar un contenedor y eso implicó “sacar de donde no tenía para pagar”.
Por todo ello, la familia solicita colaboración. Principalmente, requieren donaciones de ropa para los jóvenes que perdieron la mayor parte de sus prendas en el incendio. Quienes deseen ayudar, pueden comunicarse al 3492 303371.