Un lote de 20 autos de la famosa marca italiana fue subastando en la Monterrey Car Week, pero un modelo en especial, destruido por un huracán en 2004, se llevó la cifra mayor. La historia del auto y su motor parece ser la explicación
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Más allá de ser una excelente oportunidad para adquirir vehículos de mucho valor histórico, últimamente las subastas de autos clásicos tienen el doble atractivo de ser el modo de resguardar capitales en bienes que con el paso del tiempo se cotizan cada vez más, pero que además se han convertido en un nuevo negocio emergente para personas con un altísimo poder económico.
Pero dentro de las subastas hay una especialidad conocida como “barn find”, lo que se traduce como descubrimiento de granero, que ha comenzado a crecer como negocio, ya que lo que se adquiere es un lote completo, generalmente de autos que no están en buen estado de conservación, y que han sido “rescatados” de algún galpón o lugar similar en el que estaban abandonados o al menos faltos de mantenimiento. Generalmente, en esos lotes hay algunas piezas de relativo valor, pero también ciertas joyas mecánicas que justifican ofertar por la totalidad de autos, al menos para los coleccionistas más exquisitos.
Esta parece ser la situación del lote que se acaba de vender en la subasta del concurso de belleza Pebble Beach, en California, dentro del cual había dos autos muy particulares por el que se pagó un precio algo inesperado. Una Ferrari 250 GT Coupé Speciale by Pininfarina del año 1956 fue vendida nada menos que en USD 1.655.000 a pesar de encontrase muy deteriorada, pero el vehículo que más sorprendió el precio que se pagó por él, se trata de una Ferrari 500 Mondial Spider Series I by Pininfarina de 1954, ya que a simple vista no parece un auto sino una chatarra, y sin embargo fue comprada por USD 1.875.000.
Lo que ocurrió con estos dos autos tan especiales y con el resto del lote que estaba a supuesto resguardo en un garage de campo en el estado de Florida, fue que en el año 2004, el huracán Charlie arrasó completamente con la propiedad, dejando algunos de ellos a la intemperie bajo la tormenta y a otros severamente dañados por el colapso del techo que los protegía. Dados por perdidos como valor histórico, todos los autos fueron llevados a Indiana algún tiempo después, donde quedaron guardados sin repararse hasta que finalmente se decidió ponerlos a subasta con RM Shoteby’s.
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Lo que hace especialmente valiosos a esos dos modelos es su origen. En el caso del Ferrari 250 GT Coupé Speciale, fue un auto que el rey Mohamed V de Marruecos había encargado personalmente a Enzo Ferrari, y lo que lo hace especialmente original fue que la producción de los 250 GT con techo rígido no eran responsabilidad del famoso diseñador y carrocero milanés, sino de otro italiano llamado Felice Mario Boano. Pininfarina debía construir los cabriolet y no los coupé, pero hubo sólo cuatro autos con techo que se le encargaron a él. Uno de ellos fue el que compró el rey de Marruecos y que terminó siendo parte de la colección dañada por el huracán en 2004.
El otro modelo, el que está más deteriorado y por el que se pagaron casi dos millones de dólares, tiene una historia también muy particular. En los comienzos de 1952, con la reglamentación vigente para la Fórmula 2, convivían los poderosos motores V12 de Ferrari con otros mucho menos voluminosos y potentes, pero mucho más livianos también como los de 4 cilindros que tenían algunos constructores ingleses. Enzo Ferrari, percatado de las ventajas que esos impulsores podían tener, decidió entonces encargar a Aurelio Lampredi el desarrollo de ese tipo de motor, que incorporó al modelo 500 Mondial en 1954. De esos autos sólo se construyeron 13 unidades, y una es la que quedó prácticamente destruida como parte del lote que se subastó en Pebble Beach.
Entre los otros modelos que se subastaron con estos dos autos tan especiales, también había una Ferrari 365 GT 2+2 by Pininfarina de 1969 tiene el techo completamente aplastado, el parabrisas roto y carece de la luneta trasera, pero aun así se vendió en USD 117.600; una Ferrari Dino 206 GT by Scaglietti de 1968 por la que pagaron USD 456.000; y una Ferrari 308 GTB ‘Vetroresina’ by Scaglietti de 1976 con carrocería de fibra de vidrio, vendida en USD 78.400.
Estos 20 autos confirman que el valor de algunos de ellos justifica comprar todo el lote. Probablemente el elemento de mayor valor sea el motor de cuatro cilindros del 500 Mondial, porque fue una mecánica que se promocionó muy poco y sin embargo significó un hito en Ferrari a través de la competición. Claro, la imagen más famosa de un motor de Maranello es un poderoso y sinfónico V12.
Infobae.