La Organización Mundial de la Salud alertó, en varias oportunidades, sobre un aumento en el número de personas con sobrepeso y obesidad, además de un alza en las enfermedades asociadas. La importancia de los cambios de hábito
Es común pensar que al adelgazar, casi automáticamente, se obtiene buena salud. Es que, junto a la obesidad y el sobrepeso, existen un importante número de enfermedades asociadas. Sin embargo, esta idea no sería tan exacta, ya que los expertos indican que, además de bajar de peso, es necesario implementar cambios de hábito que impulsen una mejora en el estado de salud general.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido alertas, en varias oportunidades, sobre el creciente número de personas con sobrepeso u obesidad. En su último informe centrado en Europa, el ente sanitario internacional indicó que casi el 60% de los adultos y uno de cada tres niños en edad escolar presentan esta condición, al tiempo que advirtieron sobre un aumento sostenido de esta situación. “La prevalencia de sobrepeso u obesidad en niños y adolescentes de 5 a 19 años se cuadriplicó con creces en todo el mundo (entre 1975 y 2016), y pasó del 4% al 18%”, agregó.
En la región de las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que es la zona con “la prevalencia más alta de todas las regiones de la OMS, con 62,5% de los adultos con sobrepeso u obesidad (64.1% de los hombres y 60.9% de las mujeres)”, siendo que “en el grupo de 5 a 19 años, el 33,6% de los niños, niñas y adolescentes están afectados por sobrepeso u obesidad, y el 8% de los niños y niñas menores de cinco años”.
Y como si faltaran ejemplos, en 2020 los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Estados Unidos) afirmaron que el 17% de los adultos están a dieta; mientras que, hace escasos días, un estudio realizado por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y UNICEF Argentina advirtió que niños y adolescentes argentinos ingieren solo el 20% de las cantidades sugeridas de frutas y verduras. En tanto, según una reciente investigación, publicada en febrero de este año, el 30 por ciento de este grupo etario en todo el mundo confesó tener creencias y hábitos alimenticios poco saludables.
Ante los datos emitidos por los entes sanitarios internacionales más reconocidos del planeta y los relevados en los distintos países, la problemática de la obesidad y el sobrepeso en relación con la buena salud es innegable. Sin embargo, los especialistas aclaran que no solo con adelgazar se puede obtener una mejora notoria en el bienestar general. Es importante impulsar un cambio en los hábitos.
Jeffrey Hunger, profesor asistente de psicología en la Universidad de Miami de Ohio, se refirió a esta situación y afirmó: “No hay pruebas sólidas que sugieran que tener un peso más alto conduce automáticamente a una peor salud o que perderlo conduce a mejoras en la salud”. En ese sentido, en diálogo con National Geographic, advirtió la importancia de dejar de lado a la balanza y señaló: “La sociedad tiene la falsa suposición de que un mayor peso corporal equivale a una peor salud”.
Casi a diario, nueva información científica advierte la importancia de establecer cambios de hábito en la alimentación como eje central de una mejora en la calidad de vida y la salud. Dos recientes estudios, publicados hace escasos días, indicaron que la modificación de comportamientos alimenticios, como una dieta basada en plantas, impulsa una menor tasa de cáncer, enfermedades cardiovasculares y muerte; o de hábitos, como caminar 8 mil o más pasos, aunque sea algunos días a la semana, presentaba una mortalidad más baja luego de 10 años, en relación con aquellos que no lo hacían.
“El cambio de hábitos es, entonces, un cambio de vida, que incluye trabajar en alimentarse mejor, elegir el movimiento como parte de la vida, dormir lo suficiente, manejar las emociones y el estrés, no buscando un peso en la balanza, sino buscando vivir en un cuerpo cómodo y sano, que permita tener una vida activa, y sentirse bien”, había explicado a Infobae la médica especialista en Nutrición y Diabetes Marianela Aguirre Ackermann (MN 151867). “Somos lo que hacemos repetidamente”, agregó.
La importancia de los cambios de hábito
En ese tono, la licenciada en Nutrición Laura Romano (MN 5992), señaló a este medio que “sólo con un real cambio de hábitos se logra perder peso y sostenerlo en el tiempo, ya que las dietas generan obsesión y perpetúan la obesidad”. “La dieta tapa el problema mientras la dieta está, pero cuando se la deja, la situación vuelve tal cual como estaba, y esto se debe a que la persona no aprendió nada, y por eso no l En palabras de Hunger, cuando se utiliza al peso como “indicador clave de la salud de una persona perjudica a todos los IMC”. Asimismo, según una investigación que encabezó junto a otros expertos en la que analizaron “datos de más de 40 mil participantes de la encuesta anual de nutrición del gobierno de los Estados Unidos, identificaron que casi la mitad de las personas en el grupo con sobrepeso y el 29 por ciento de las que tenían obesidad tenían muchos de los indicadores de buena salud”; mientras que, en contraposición, “el 30 por ciento de las personas con peso ‘normal’ no lo hicieron”. ¿La razón? La actividad física y una buena condición cardiorrespiratoria.o puede sostener en el tiempo”, añadió la experta.
Entonces, ¿no es necesario bajar de peso para tener una mejora en la salud? Lo cierto es que existen alguna patologías que, cuando se adelgaza, la mejora es sustancial. Un ejemplo, son las apneas del sueño. “Es una enfermedad muy frecuente pero también muy subdiagnosticada, se estima que el 70% de las personas afectadas no saben de su condición”, explicó a Infobae el doctor Daniel Pérez Chada (MN 47.085), presidente de la Fundación Argentina del Sueño. “Para poder tratar esta condición se pueden realizar medidas ‘conservadoras’, una de ellas es disminuir el sobrepeso”.
Sin embargo, los expertos en nutrición advierten que, para tener un verdadero cambio en la salud, es importante no solo bajar de peso sino mantenerlo. “Es importante destacar que no existe ningún alimento que tenga la capacidad por sí solo de hacerte engordar o adelgazar. Lo que sí tienen los alimentos es diferentes calidades nutricionales”, resaltó en diálogo con este medio la licenciada en nutrición Romina Pereiro (MN 7722).
“La ciencia ha demostrado que una dieta que tiene un inicio y un fin, no resulta efectiva. En general este tipo de propuestas mágicas tienen un título o nombre atractivo, original y que, incluso, pueden prometer un descenso de peso sin ningún tipo de cambio, por ejemplo, sin necesidad de actividad física, comiendo todo lo que quieras, pero lo fundamental es aprender a comer en forma ordenada y equilibrada y elegir las porciones adecuadas en cada comida”, agregó la experta.
La psicóloga Traci Mann, directora del Laboratorio de Salud y Alimentación de la Universidad de Minnesota, profundizó sobre este aspecto en diálogo con National Geographic y resaltó que “muchas personas que hacen dieta bajan de peso a corto plazo, pero la gran mayoría no mantiene el nuevo peso más allá del primer año. Es un patrón predecible”. Es más, según un estudio que evaluó a más de 150 000 personas con sobrepeso y obesidad durante una década advirtió que “las probabilidades de que una persona con un IMC superior a 30 logre un peso normal es aproximadamente una entre 100″.
“Cuando tu cuerpo detecta una hambruna, tiene todas estas adaptaciones para ayudarte a sobrevivir”, explicó Mann. Según resaltó, “el metabolismo cambia para que pueda funcionar con menos calorías, mientras que el cerebro prioriza la búsqueda de alimentos. Un proceso ayudado por las hormonas del hambre como la grelina, cuya producción normalmente se ralentiza después de una comida, pero en las personas que hacen dieta permanece elevada”, por lo que “a pesar de comer pocas calorías, comienzas a recuperar el peso”
Es por este motivo que, según señaló a Infobae el doctor Alberto Cormillot, un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista, advirtió que, “cuando uno llega al peso, se ponen en marcha los mecanismos biológicos que el organismo tiene programado para mantener la cantidad máxima de grasa a la que llegó en su vida. Es decir que el cuerpo está programado para volver al peso anterior. O sea que, realmente, cuando una persona llega a su peso, ahí es cuando empieza el verdadero tratamiento del exceso de peso. El 0,1 por ciento del problema es adelgazar, el otro 99,9 por ciento es mantenerse en el peso”.
La profesora de psicología en la Universidad de California (Los Ángeles) y una coautora del estudio Compass de Psicología Social y de la Personalidad, Janet Tomiyama, analizó la importancia del peso en relación con la salud y sentenció: “En lugar de centrarse en la pérdida de peso como un camino para mejorar la salud, todos harían mejor en ignorar la báscula y poner su atención en los comportamientos. Mover más el cuerpo, dormir bien por la noche, agregar una fruta o verdura más a su comida y controlar su estrés: estas son cosas que hacen que cualquiera sea más saludable, sin importar su peso”.
“Este camino de modificación de hábitos es un poco difícil al principio porque es un cambio total de paradigma respecto a lo que tiene que ver con el descenso de peso, y se necesita un tiempo hasta que ‘cambia el chip’”, afirmó Romano. Al tiempo que resaltó que “una vez que se entiende y comprueban los resultados, es sencillo de seguir transitando este camino en piloto automático”.
Fuente: INFOBAE