Al analizar la realidad actual, nos encontramos en la ciudad con una cifra llamativa: solo el 4% de las 475 calles de nuestra ciudad recuerdan la labor de alguna mujer.
Esta disparidad evidenciaba una deuda histórica que el Concejo Municipal se ocupó de empezar a saldar en el año 2022, a partir de un proyecto impulsado por la ex concejal Evangelina Garrapa, llevado al recinto para su aprobación por la concejal Valeria Soltermam, con el apoyo de su bloque integrado por entonces por Martín Racca, Brenda Vimo y Juan Senn
El proyecto fue votado unanimemente por todos los integrantes del concejo, entre ellos la concejal de Juntos por el Cambio Alejandra Sagardoy, cultora de un alto perfil feminista en tiempo de opositora a la administración actual.
A partir de esa Ordenanza las primeras 20 calles, barrios y/o espacios públicos designados a partir de la entrada en vigencia de esta medida llevarán nombres de mujeres, con el objetivo de equilibrar los nombramientos a lo largo del tiempo.
A partir de esa Ordenanza las primeras 20 calles, barrios y/o espacios públicos designados a partir de la entrada en vigencia de esta medida llevarán nombres de mujeres, con el objetivo de equilibrar los nombramientos a lo largo del tiempo.
¿Qué pasó?
Hoy un juramento, mañana una traición, dice el tango y parece encajar perfectamente en lo sucedido días atrás en el sexto piso.
A pedido de tres barrios de la ciudad, a partir de un proyecto de los concejales firmado por los conceles oficialistas Alejandra Sagardoy (Unidos para Cambiar Santa Fe – UCR), Ceferino Mondino (Juntos por el Cambio – PRO), Mabel Fossatti (Unidos para Cambiar Santa Fe – UCR), Lisandro Mársico (PDP), Carla Boidi (Unidos para Cambiar Santa Fe – PDP) y Augusto Rolando (Juntos por el Cambio – UCR), exceptúo a estos “nuevos” barrios de esa obligatoriedad. Ya no más nombres de mujer.
Comunicado de la Asamblea Feminista
Tras conocerse la noticia, la Asamblea Feminista difundió a través de sus redes sociales, un duro comunicado
En noviembre de 2017 se sancionaba en nuestro país la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política (Ley 27.412). Esta ley, es la que ha permitido, en muchos casos, que mujeres que antes no hubiesen sido incluidas en la lista de su partido, deban serlo. Y así, como en muchos otros casos, estuvo primero la ley y luego, de a poco, la comprensión y aceptación a regañadientes, “hasta que todo sea como lo soñamos”, en palabras de Paco Urondo.
El Concejo municipal de Rafaela, el bloque oficialista y dentro de él las tres mujeres que lo integran, aunque accedieron a sus cargos, además de sus méritos, por la ley que las ampara, votaron para modificar una ordenanza muy particular. La que disponía que, para equiparar la desigualdad histórica en los nombramientos de espacios públicos de la ciudad (calles, plazas, barrios, parques, etc.), se implementara la paridad de género. Entonces, por unanimidad, en agosto de 2022 se sancionó dicha norma, presentada por la concejala Valeria Soltermam.
En la actualidad, tres barrios que necesitaban nuevo nombre (42, Los álamos y Villa Aero Club), solicitaron poder nombrar a sus sectores por fuera de esta reglamentación. Y así de sencillo, así de simple, con la impunidad que ostentan al tener la mayoría parlamentaria, modificaron la ordenanza y cumplieron el capricho de tres barrios que, al parecer, no encontraron a ninguna mujer, obra de arte, fecha, gesta o cualquier otra manifestación o hecho que refleje la importancia del género femenino y sea merecedora de esa distinción.
Otro retroceso en derechos para nosotras, simbólico en este caso, como si no fueran suficientes los avasallamientos reales: brecha salarial, cantidad de hora en las tareas de cuidado, malas condiciones de empleo, desaparición de ministerios y programas que nos protejan especialmente, entre otros. Y la cuestión sigue con el destrato, la invisibilidad, la negación de nuestros aportes a la vida social y la falta de representatividad que genera para las generaciones futuras.
Identificar los más mínimos resquicios por donde se cuela la cultura machista es una tarea necesaria para deslegitimarla. Las denominaciones del espacio público referidas a mujeres, son una de las tantas maneras en que se puede empezar a reparar alguna, aunque sea, de las desigualdades históricas que hemos sufrido a lo largo de los tiempos.
¿Continuará la polémica?
De acuerdo a información recibida por Radio Rafaela no solo la Asamblea Feminista manifestó su rechazo a la decisión tomada por la mayoría automática del Concejo Municipal.
A la organización se habrían sumado otras voces críticas de la medida que desconoce las normas de acuerdo y procede como si las leyes no fueran una obligación sino una mera sugerencia.