La conductora inició la temporada 54 de su emblemático programa. Las perlitas y las emociones de una noche inolvidable.
La espera terminó. A nueve meses de su última salida al aire junto a su nieta Juana Viale, a dos años y medio de que la pandemia la alejara de la pantalla, Mirtha Legrand volvió a la televisión y lo hizo como marca la historia. Con esa melodía inconfundible, llena de imágenes sensoriales que solo logran los clásicos. Las puertas con sus iniciales que se abrieron de par en par. Y su tan ansiado ingreso entre un mar de ovaciones, acaso de las más importantes y emotivas de su dilatada trayectoria.
A la hora señalada, 21.30, la pantalla de El Trece mostraba la nueva escenografía para aumentar la expectativa. Le siguió un video con algunos de los momentos decisivos de los últimos tiempos, desde el anuncio de Juana Viale al comienzo de la cuarentena hasta el emotivo discurso de Mirtha durante los Martín Fierro. Y a las 21.32, se abrieron las puertas y sin poder contener las lágrimas, la Chiqui saludó una vez más a su público que la ovacionaba de pie en el estudio y en cada casa a través del televisor.
“Querían que La Chiqui vuelva, y acá estoy. Tanto lo pidieron, y la Chiqui volvió”, saludó Mirtha, elegante como siempre y emocionada como nunca, y se sentó a su tradicional escritorio para dar inicio formal al programa. De inmediato, recordó a su histórica locutora Nelly Trenti, fallecida hace pocos días: “Me acompañó con una voz preciosa: ‘Con ustedes, la señora Mirtha Legrand’”, la citó, antes de presentar un video en homenaje a su compañera. “Divina Nelly, nunca la olvidaré”, cerró agradeciendo a su nieto y productor, Nacho Viale por la mención a su ladera de tantos años.
“Pensé que no volvía más. Me costó reponerme, me pasaba todo el día leyendo y me dijeron que huya de la cama. Ahora hago kinesiología con Guillermo”, señaló Mirtha, y aprovechó para saludar a sus doctores. Luego presentó a los primeros invitados de la temporada 2022: Moria Casán y su actual pareja, el dirigente político Fernando Pato Galmarini, el periodista y conductor de A24 Baby Etchecopar y el popular cantante José Luis El Puma Rodríguez. Y tras recibir un afectuoso saludo virtual del artista colombiano Maluma, dio comienzo formal al programa.
Ya en la mesa, y como buena anfitriona, Mirtha saludó uno a uno a sus comensales y pasó lista por las veces que habían visitado el programa. Empezó con Moria, con unos llamativos lentes oscuros que se quitó al poco tiempo. Siguió con el Puma Rodríguez, quién le confesó que estaba enamorado de ella desde los años que vivía en Venezuela. “¿Y no te desilusioné cuando me conociste?”, le preguntó irónica, dando la primera muestra de su estilo único. Naturalmente, el artista contestó con cortesía y todo terminó entre risas.
La velada pasó por todos los estados. Empezó con un debate político entre Etchecopar y Galmarini, con Moria intentando marcar su propia posición: “Yo soy casanística”. Por su parte, el Puma reveló la decisión que tomó hace un tiempo: no hablar más de política. En medio del debate, transitaron desde el atentado contra la vicepresidenta al escenario de conflicto que suelen presentar las redes sociales.
Para salir de la arena política, Moria le obsequió a la Chiqui un presente especial. Se trató de una corona de oro artesanal que trajo de Europa de su gira para interpretar la versión de Julio César de Shakespeare. “Es para vos como un símbolo de tu reinado absoluto”, le obsequió. Y contó con orgullo las satisfacciones que le dio la puesta de José María Muscari: “No hay que tenerle miedo a los clásicos”, sentenció.
La clásica pregunta Legrand no tardó en llegar: “¿Moria, vos nos querés a Susana y a mí?“, le lanzó a La One sin anestesia. Y la actriz respondió también con su impronta: “Me cuesta un huevo querer. A vos te quiero muchísimo. A Susana también la quiero, pero nunca fuimos amigas. Fuimos la rubia y la morocha, trabajamos con Olmedo y Porcel, éramos todos estelares: en el teatro encabezaba yo, en el cine encabezaba ella. Fuimos muy buenas compañeras de trabajo”, respondió la actriz.
También Mirtha le preguntó a Galmarini por la labor de su yerno Sergio Massa introduciendo una discusión histórica y actual sobre el peronismo, en un ida y vuelta firme y respetuoso con Baby Etchecopar. “Soy una mujer grande, pasé por todos los gobiernos y nunca vi al país como está hoy”, lamentó la conductora. Ya más distendidos, Baby y el Pato evocaron sus años mozos en la zona norte del conurbano. “Yo te compraba las zapatillas”, recordó el periodista al borde de la nostalgia.
El menú, al igual que los últimos años, estuvo a cargo de la cocinera Jimena Monteverde. De entrada sirvieron una burratina italiana con mix de tomates, de plato principal un risotto de espárragos verdes y de postre un suave merengue con crema de limón. Y luego de presentar el plato dulce, la Chiqui volvió a hacer de las suyas. “¿Por qué creías vos que yo no te quería? Lo dijo en un programa de Juanita, yo veo todo en televisión”, señaló la conductora, incisiva. “Con Juana somos más relajadas y pensé que por ahí querías un chef más serio”, argumentó Jimena. “Pero sos una gran chef”, cerró Mirtha tomándola de la mano y concluyendo el paso de comedia.
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Durante la velada también hubo espacio para un bloque futbolero. Primero, Moria y Galmarini contaron su experiencia en la Bombonera. Fue la primera vez de la actriz, que acompañó a su novio, un reconocido simpatizante del Xeneize, y presenciaron una histórica goleada del local. Luego Mirtha hizo gala de su pasión por Racing Club, y reveló cuando fue con su hermano José María al estadio y pasaron a un bebé de mano en mano para que la saludara en el palco. Al tiempo, se cruzó con un joven que le dijo que era aquella criatura que trepó sobre la multitud para saludarla: “No sé si era verdad, pero yo creo en la gente”. Y El Puma contó su experiencia de la primera vez que asistió a un partido de fútbol: fue un superclásico entre Boca y River y le llamó la atención que 30 mil personas se pusieron de acuerdo para insultar al árbitro.
El artista venezolano aportó los momentos más reflexivos de una noche de intensidades varias. Primero, repasó su dura infancia, criado junto a once hermanos y con un padre con problemas con la bebida y el juego que falleció cuando tenía 6 años. “Me dolió mucho porque casi no lo conocí, pero no lo eché de menos”, admitió. Luego, habló de su doble trasplante de pulmón, que lo tuvo al borde de la muerte y del que en diciembre se cumplirán cinco años: “No puedes comer, no puedes dormir, no sabes si vas a volver a cantar. Pero tengo prohibido quejarme y tengo prohibido olvidar”, sentenció.
A casi dos horas exactas de su ingreso, Mirtha volvió a saludar uno por uno a sus invitados en la previa del brindis final. “Por la unión de los argentinos”, enfatizó la Chiqui antes de leer los últimos agradecimientos y alzar las copas. Pero se sabe que no hay despedida sin las palabras que se volvieron una marca registrada del ciclo: “Señores, no se peleen, no discutan porque la vida es corta y vale la pena ser vivida. Y recuerden: lo que no es, puede llegar a ser. Como te ven te tratan, si te va mal, te maltratan y si te bien te contratan. Los espero el próximo sábado y este programa trae suerte”.
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