Con críticas al peronismo, el mandatario se mostró junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y aseguró que la seguridad pública es "indispensable" para la recuperación del país.
El presidente Javier Milei planteó que el país abandonó lo que calificó como “garantismo barbárico” para darle lugar al "orden cívico" en materia de seguridad, y precisó que la defensa pública es "indispensable" para la recuperación de la economía.
En el marco de la ceremonia de premiación de la Escuela de Cadetes “Comisario General Juan Ángel Pirker” de la Policía Federal que compartió junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, el mandatario se disculpó con los efectivos policiales por "los años de escarnio a los que fueron sometidos por hacer estar dispuesto a dar la vida por otro”.
Luego de 46 días sin mostrarse juntos en público, la fórmula presidencial volvió a mostrarse ante las cámaras, protagonizando un intercambio limitado que expone la interna libertaria que sumó un nuevo capítulo cuando Milei calificó de “error” el homenaje que realizó la titular del Senado a María Estela Martínez de Perón.
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Según supo la agencia Noticias Argentinas, la vice fue invitada por la Policía Federal en su 203° aniversario y al tratarse de un tema de interés asistió a la celebración.
Durante su exposición que duró poco más de 8 minutos, el mandatario cuestionó la política de seguridad de los gobiernos peronistas al exponer que se “denostaba” a la Fuerza de Seguridad, e incluso "se elaboraban doctrinas para defender criminales a través de dilates argumentativos que no hacían más que esconder la verdad”.
“Entendieron a los delincuentes como víctima de su propia historia, de sus circunstancias y al hacerlo desprotegieron a la sociedad y le dieron la espalda a nuestras fuerzas policiales. Llegaron incluso a lo absurdo de liberar presos o castigar policías honorables por el imperdonable delito de hacer bien su trabajo”, aseguró.
En la misma línea, sentenció: “Se pasaron dos décadas defendiendo lo indefendible y tratando de hacernos creer que los delincuentes eran víctimas y nuestra Fuerza de Seguridad eran los victimarios. Durante años nos dijeron que propiciaban el garantismo, escudándose en la noción de proteger a las garantías constitucionales para promover lo que a todas luces no fue otra cosa que abolicionismo”.
Asimismo, aseguró que “aquellos que decían defender al Estado le prohibieron que ejerciera su principal responsabilidad que es reprimir el delito”, y planteó que, en cualquier versión de Estado moderno, “el monopolio de la fuerza y la represión del delito son responsabilidades públicas indelegables”, y responsabilizó a la izquierda de afectar esta premisa.
“Debido a la penetración de la izquierda de las instituciones, las universidades, la dirigencia policial, empresarial y los medios de comunicación fueron abandonando esta función indelegable del Estado hasta que convirtieron a nuestro país en un baño de sangre”, cuestionó, y agregó: "Pero la sociedad les dijo ‘basta’, y nosotros estamos cumpliendo con el compromiso que asumimos con la sociedad y volviendo a llamar a las cosas por su nombre”.
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Por su parte, enumeró tres premisas fundamentales que hacen a la doctrina de seguridad libertaria:
1. “El que las hace, las paga”.
2. “El orden público es sagrado”, en defensa del protocolo antipiquetes elaborado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
3. “Los buenos son los de azul y los malos son los que delinquen, los que roban, y los que matan”, en referencia a los efectivos de seguridad al tiempo que afirmó que “el Estado debe proteger a las víctimas y no a los victimarios”.
“Gracias a este cambio de rumbo estamos viendo resultados sorprendentes, doy dos ejemplos: el primero es que terminamos con los piquetes; el segundo, es todo lo que se ha logrado en Rosario, con el coraje de la ministra la doctora Patricia Bullrich”, destacó.
El jefe de Estado pidió entender que “la seguridad pública es indispensable para la recuperación del país”, y aseveró: “¿Quién puede salir a trabajar todos los días al alba si la calle es insegura?, ¿quién se anima a arriesgar capital y poner un negocio si desde la política le responden que no tienen interés en perseguir al delito? O peor aún, ¿cómo puede haber crecimiento económico si nos pueden arrebatar el fruto de nuestro trabajo sin pena alguna?”
“Para que la policía pueda hacer su trabajo lo mejor posible necesita estar respaldada por el Gobierno porque un oficial de policía no tiene lugar para la duda cuando tiene que decidir entre la vida o la muerte en milésimas de segundos si el deber llama”, afirmó.
Casi sobre el final de su breve discurso, cuestionó a “los políticos caranchos con seguridad privada” que “en lugar de respaldarlos en el desempeño de sus funciones deciden hacerlos desfilar por las calles de televisión para agitar sus propias banderas políticas”, y afirmó que en lo que denominó como “la nueva Argentina, no hay lugar para semejante degeneración”.
“Hace 11 meses decidimos decirle no al garantismo barbárico que solo trae miseria, para decirle sí al orden cívico que garantiza el desarrollo y estamos dispuestos a morir en esta colina”, concluyó.
Durante la ceremonia que tuvo lugar en la Plaza de Armas del Departamento de la institución, el mandatario condecoró al subcomisario Guillermo Armentano, el segundo de la División de la Custodia Presidencial, que recibió el botellazo dirigido al Presidente el día de su asunción, el 10 de diciembre de 2023, cuando desfilaba desde Congreso a Casa Rosada sobre un Mercedes-Benz CLK Cabriolet descapotable de primera generación.
Otros 16 efectivos recibieron premios que fueron entregados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y el jefe de la Escuela de Cadetes, el Comisario General Luis Alejandro Rolle.
Al término, Milei permaneció en su lugar junto a Villarruel y siguió con atención el desfile de efectivos de seguridad.