El 2 de septiembre, tras el ataque fallido, Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel, seguía manifestando su deseo de matar a la vicepresidenta.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti le tomará este miércoles indagatoria a Agustina Díaz, una de las cuatro personas detenidas por el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, para ampliar su declaración en el marco de la causa que investiga el ataque.
Fuentes judiciales confirmaron que la nueva comparecencia de Díaz fue fijada por la magistrada y se llevará a cabo por la mañana en los tribunales federales de Comodoro Py, con la asistencia de los abogados Marcelo Herrera y Javier Molina Díaz.
Por otro lado, la Justicia federal investiga una serie de conversaciones por WhatsApp en las que Gabriel Nicolás Carrizo aparece con un rol central en relación al ataque y que la detenida Brenda Uliarte seguía manifestando su deseo de ejecutar un magnicidio después del intento fallido.
“La próxima voy y gatillo yo, Nando falló. Yo sí se disparar bien, no me tiembla la mano”, decía Uliarte, pareja del agresor detenido Fernando “Nando” Sabag Montiel, en un mensaje que le mandó a Carrizo, presunto líder de la banda conocida como Los Copitos (por el algodón de azúcar que venían).
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Según publicó La Nación, el 2 de septiembre, pocas horas después del atentado en Recoleta, ocurrió un diálogo entre ambos en donde manifiestan el deseo de volver y ejecutar el crimen.
-Carrizo: querés hacerlo?
-Uliarte: te juro que sí. Y no me va a fallar el tiro. Pero hay que pensarlo bien. Pasa que Nando no tiene mucha práctica. Le tembló el pulso.
-Carrizo: Te vincularon con el caso. Te diría que vengas acá.
-Uliarte: ¿Posta, que saben mis datos? Estoy en un lugar seguro, tranqui ustedes no tienen nada que ver. Lo que decimos que quede acá.
-Carrizo: Si saliste por todos los medios. Sos la novia.
-Uliarte: Sí pero si me escondo no va a pasar. No me van a encontrar. Yo sé lo que te digo.
Luego de aquella conversación, los dos imputados continuaron hablando sobre formas de ocultarse y evitar ser alcanzados por la Justicia, aunque finalmente la jueza Capuchetti ordenaría sus respectivas detenciones.