El referente histórico del heavy metal argentino, quien falleció de forma repentina, se había despedido de sus amigos de “La Tranca”, una pulpería a la que solía acudir. Increíblemente, también lo había hecho del público que lo fue a ver en el Anfiteatro de Rosario, en su último show.
Hay seguidores del músico que sostienen en redes sociales que a Ricardio Iorio lo apodaban "el brujo" porque tenía el poder de presentir cosas. Y casualidad o no, antes de morir se despidió de su público rosarino y de un grupo de personas que veía muy seguido.
La Tranca es una pequeña pulpería de Cura Malal, en la provincia de Buenos Aires, a la que el histórico cantante de Alamafuerte acudía para encontrarse con un viejo amigo. El último viernes que asistió al lugar, Iorio expresó que esa podría ser la última.
“El último viernes se sacó la remera que traía puesta y la dejó sobre el mostrador y me dijo.. «tal vez sea la última vez que nos veamos». Luego fue a la camioneta y trajo una foto de él, una virgen de Luján para que proteja a LaTranca y un nuevo testamento y nos dijo que había que leer una página al azar, vivir el día y al finalizar la jornada reflexionar”, escribieron en la cuenta del bar.
Y siguieron: “Y como era rebelde se fumó un cigarrillo que apagó con su pie descalzo. Luego escuchamos su música durante dos largas horas, lloró en cada tema hasta conmovernos profundamente. Así era él de apasionado e intenso”.
Las palabras que Iorio usó en el bar se parecen a las que pronunció sobre el escenario del Anfiteatro Municipal en su paso reciente por Rosario. Allí, sus seguidores percibieron que algo estaba pasando con el “viejo”.
“Estuvo todo el recital diciendo que posiblemente era la última vez que venía porque la gente se moría, y no sabía cuántas balas le quedaban. Increíble premonición, hasta para eso fue genial”, sentenció en Twitter un joven que asistió al recital.
Antes de tocar la última canción, la voz de heavy metal argentino, señaló: “Tal vez sea la última vez que nos veamos porque la gente se muere”.