El popular actor es un portero de edificio cuyo trabajo se pone en riesgo en la nueva serie de Gastón Duprat y Mariano Cohn, para Star+.
Las rencillas antagónicas, el humor incómodo y el cinismo social son ya una marca del dúo de Gastón Duprat y Mariano Cohn, que, luego de un reconocible paso por cines (El hombre de al lado, El ciudadano ilustre, Competencia oficial), regresan a la pantalla chica de la que surgieron.
Con varias creaciones en ese medio estrenadas y por venir (El galán, Terapia alternativa, Coppola, el representante o Nada, con Robert De Niro), los directores y guionistas presentan este miércoles en Star+ El encargado, ficción producida por PEGSA que instala su universo en un edificio para contar la miserable vida del portero Eliseo (Guillermo Francella).
Habiéndose pasado la existencia en esa estructura de la que es tanto servil empleado como espía, el protagonista tiene que hacerle frente a una iniciativa del consorcio de sustituirlo por una pileta que lleva adelante el abogado Matías Zambrano (Gabriel Goity).
Detalles como las plantas carnívoras que Eliseo alimenta en su guarida o los vecinos que están a su favor o en contra completan el color ácido de El encargado, que exhibe una residencia en la que reinan la desintegración moral, la doblez y la perversión no desde la denuncia o la distancia, sino desde una siniestra complicidad.
Un personaje "ideal" para Francella
“Me quieren bajar del barco”, reconoce Eliseo, y sólo la competencia feroz por eliminar al otro parece ser la vía de salida al conflicto de interiores que matizan los personajes de Mariana Anghileri, de Gastón Cocchiarale o de Malena Sánchez.
“Que sea Guillermo quien encarne a Eliseo me parece una elección perfecta, es el actor que lo podía hacer. No quiero decir que sea el único, hay buenísimos actores, pero me parece que le calza justo el personaje y me da la impresión de que de eso nos dimos cuenta todos los que estuvimos con él haciendo escenas”, señala Anghileri, que interpreta a una niñera que entabla un vínculo honesto con el portero.
Y sigue: “Eliseo es un personaje riquísimo y un encargado muy particular, no creo que represente a los encargados, pero sí es verdad que es un tipo de oficio que permite acceder a una cantidad de información sobre la vida privada de los inquilinos o propietarios. Eso lo hace a él poderoso cuando no lo sería a priori, un trabajador que tiene unas herramientas o unos poderes sobre los demás específicos y que entonces creo que da mucha tela para cortar”.
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Goity aporta: “Es un hallazgo centrar la historia de este personaje, en lo que puede desarrollar, sobre todo de nuestra cultura. No sé si el tema del encargado existe mundialmente como lo vivimos nosotros, pero me parece atractivo como disparador de las historias y particularmente del enfrentamiento con mi personaje, el presidente del consorcio. Hacemos escenas reconocibles para los que vivimos o hemos vivido en edificios, este folklore que se traduce en situaciones que pueden resultar sin dudas hilarantes para el público, aunque el que está ahí no la está pasando bien”.
La reciente figura de los porteros digitales que observan el hall desde una gran pantalla se hace eco en Miguel (Cocchiarale), un discípulo del gremio de Eliseo que lo ayuda en sus tareas.
“Disfruté muchísimo el papel porque fue trabajar el vínculo más que nada, me apasionaba este lazo de maestro alumno, de maestro aprendiz, que un poco hizo de correlato de la relación que se dio entre yo y Guillermo –reconoce el actor–. A veces hasta era gracioso porque cortábamos la escena y Guillermo me seguía hablando como Eliseo, pero ya de la escena en sí, ‘acá, Gastón, fijate no sé qué’, con el mismo tono. Entonces decíamos ‘che, no tenemos que actuar nada, tenemos que hacer lo que hacemos fuera de cámara’. Era divertido eso”.
La Voz.