Así lo expresó a RADIO RAFAELA, Gabriel Moschino, presidente de la institución. Conocé más sobre el valioso trabajo que realizan en Fundación Progresar.
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La Fundación Progresar, una institución que nació en el seno de la Sociedad de Espiritismo Verdadero, ha sido un pilar en la comunidad desde la década de 1930.
Según Miguel Herrero, integrante del Consejo, la organización comenzó con un enfoque en la asistencia a mujeres de escasos recursos, ofreciéndoles alimentos y enseñándoles a coser. Con el tiempo, las madres comenzaron a llevar a sus hijos, lo que llevó a la creación del Departamento de Asistencia Social a la Familia, el más antiguo de la fundación. "El objetivo principal es la contención y mejorar su calidad de vida en la educación", explicó Miguel a RADIO RAFAELA, subrayando la importancia de entender las situaciones y realidades de cada persona que asiste.
Con los años, la fundación ha ampliado su alcance. En la actualidad, los domingos por la mañana se reciben niños de entre 5 y 14 años para actividades como cocina, carpintería y huerta.
Además, se ha incorporado la enseñanza de oficios para adolescentes y adultos en horarios nocturnos, donde participan tanto hombres como mujeres. A lo largo de los años, muchos de los chicos que pasaron por las aulas de la fundación regresan como adultos, reconociendo a sus antiguos profesores.
"Te encuentran en la calle y te dicen profe, y esas vivencias gratifican", compartió uno de los profes con emoción.
A su turno, Lucio Abba, también integrante del Consejo y Director del Departamento de Enseñanza de Oficios, destacó la dedicación de todos los colaboradores. "Es algo que nos llena de satisfacción, venir acá después de un día de trabajo y estar con los chicos, enseñarles un oficio y compartir una cena", afirmó.
También, Lucio resaltó el impacto positivo que tiene este compromiso voluntario en quienes participan, tanto en quienes enseñan como en los que aprenden.
Por su parte, Gabriel Moschino, presidente de la Fundación, mencionó la importancia del aporte de los voluntarios en el funcionamiento de la institución. "Es un trabajo de ida y vuelta, porque aprendemos a comprender y empatizar", dijo.
Para el director de Fundación Progresar, la labor de la fundación no solo beneficia a los asistentes, sino que también tiene un profundo efecto en quienes colaboran. "Te ayuda a continuar y a evolucionar como persona", concluyó.