El presidente uruguayo hizo mención a una propuesta presentada por Argentina sobre los desafíos del bloque que Uruguay comparte, y luego destacó los temas resueltos y pendientes de la agenda bilateral.
La reunión que mantuvieron ayer de tarde los presidentes Luis Lacalle Pou y Javier Milei cumplió las expectativas del gobierno uruguayo, que sabía que tenía por delante la realización de este encuentro pese a que había conformidad con las relaciones bilaterales ya entabladas en forma fluida por los cancilleres Omar Paganini y Diana Mondino.
La reunión fue “larga” -duró poco más de una hora- y “distendida”, según calificaron desde el entorno de Lacalle Pou a El País, y allí se trataron, en resumidas cuentas, dos grandes temas: el relacionamiento actual entre los Estados y temas de agenda que se encuentran pendientes o en desarrollo, y el Mercosur y la visión que tienen tanto Uruguay como Argentina -que es mayormente crítica- sobre los desafíos del bloque regional.
Sobre el primer punto, Lacalle Pou volvió a destacar lo positivo que ha sido para Uruguay que el gobierno de Milei habilitara el dragado del puerto a 14 metros en el canal de acceso al puerto de Montevideo, un reclamo uruguayo que tenía varios años sin respuesta del país hermano, y que tras la asunción del libertario en diciembre eso se resolvió de buena manera y en muy pocos días.
También se habló acerca del “acuerdo de cielos abiertos” que ambos países firmaron en junio y que permite a las todas aerolíneas conectar cualquier destino de un lado y otro del Río de la Plata sin restricciones de ningún tipo, con lo cual se esperará un incremento de la competencia y la conectividad.
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Y fue abordado asimismo el interés de Lacalle Pou de profundizar el dragado del Río Uruguay para mejorar la navegabilidad, aunque para avanzar en esto faltan varios pasos y la decisión de Argentina de embarcarse en el proyecto, algo que, de momento, no está cerca de que suceda debido a la política interna de Milei de poner restricciones importantes en la obra pública en su país.
En cuanto al estado de situación del Mercosur, a priori era un asunto escabroso para el gobierno uruguayo, ya que Milei no asistió a la última cumbre de jefes de Estado que se hizo en Asunción (Paraguay) y Lacalle Pou le reprochó eso mismo en la sesión del 8 de julio, cuando afirmó: “Si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur. Si realmente creemos en este bloque, deberíamos estar todos”.
Esta polémica, no obstante, no fue mencionada en la reunión. Por el contrario, se reafirmó la similar visión que tienen ambos gobiernos sobre el Mercosur en cuanto a la necesidad que tiene esta alianza regional de modernizarse, abrirse al mundo y hasta permitir que otros Estados que quieren avanzar con terceros países por su cuenta, puedan hacerlo.
De lo que específicamente se habló es de una propuesta de “aggiornamento” que Argentina presentó hace semanas con el fin de “fortalecer el funcionamiento del Mercosur tanto en su aspecto económico, como institucional y financiero”, agregaron las fuentes consultadas, y que presenta un enfoque “muy parecido” a lo que el gobierno de Lacalle Pou plantea para el Mercosur. “Se habló de esas coincidencias”, remarcaron.
La reunión, como quedó reflejado en las fotografías de Presidencia argentina, fue un mano a mano entre ambos que promovió el propio Milei, y que se dio en el marco de la visita de Lacalle Pou al vecino país para participar de un homenaje en Buenos Aires por los 30 años del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), perpetrado en 1994 -y que dejó el saldo de 85 muertos y cerca de 300 heridos.
El presidente viajó acompañado por Nicolás Albertoni, subsecretario de Relaciones Exteriores que ofició de canciller interino -ya que Paganini debió partir a Washington para participar de la reunión plenaria ministerial de la APEP-, y se encontró allí con el embajador Carlos Enciso, quien lo acompañó durante gran parte de la jornada.
Antes de volver al país, Lacalle Pou dio un discurso en un evento organizado por el Congreso Judío Latinoamericano en el que habló sobre el terrorismo y un estadio anterior, el fanatismo, que exalta “los peores resentimientos de los individuos”.
ElPais.uy