Las personas con esta condición que se encuentra dentro del espectro autista tienen incapacidades vinculadas con la parte social, conductual y comunicacional. La importancia del diagnóstico certero y la intervención temprana para mejorar el desarrollo del lenguaje, las habilidades y la conducta.
Desde 2007 que el 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger en memoria del nacimiento de Hans Asperger con el fin de sensibilizar, difundir y concientizar acerca de esta condición dentro del espectro autista. Este especialista por cuyo nombre se conoce esta condición era un psiquiatra y pediatra austríaco que fue el primero en investigar la neurología atípica en los niños.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el síndrome se encuentra dentro de los trastornos del espectro autista (TEA), los cuales se caracterizan por tener algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo. Sin embargo cabe aclarar, no conlleva discapacidad intelectual o algún trastorno del lenguaje.
Es entonces que cabe conocer de qué se trata este trastorno mucho mas usual de lo que se piensa, que a veces sólo es falto de diagnóstico, y conocer algunas alternativas que ayudan a llevar adelante la condición.
Las personas con asperger pueden tener condiciones diferentes entre sí, aunque se enumeran algunas características que pueden llegar a tener:
- Falta de conciencia respecto a los sentimientos e intenciones de los demás
- Dificultades para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación
- Alterarse fácilmente por cambios en rutinas y transiciones
- Sensiblilidad alta a sonidos fuertes, colores llamativos, luces intensas, olores o sabores
- Desarrollo de una fijación en un tema u objeto en el que puede llegar a ser auténticos expertos
- Dificultades en habilidad para interactuar de manera efectiva con niños y/o adultos en contextos sociales
- Falta de destreza física en actividades deportivas
- Problemas relacionados con el sueño o la alimentación
- Insuficiencia para comprender información que han oído o leído
- Patrones de lenguaje poco usuales y un estilo de habla peculiar con alteraciones en la entonación, el tono, el volumen.
- Tendencia a balancearse, realizar movimientos repetitivos o caminar mientras se concentran.
Si bien, en general, los niños no dejan de tener los síntomas del trastorno del espectro autista cuando crecen, pueden aprender a desempeñarse.
Los signos del trastorno del espectro autista normalmente aparecen en las primeras etapas del desarrollo cuando se observan retrasos evidentes en las habilidades del lenguaje y las interacciones sociales. Por esta razón, el médico podría recomendar pruebas de desarrollo para determinar si hay o no un posible retraso en las habilidades cognitivas, del lenguaje y sociales si:
- No responde con una sonrisa o una expresión de felicidad a los seis meses o antes.
- No imita sonidos o expresiones faciales a los nueve meses o antes.
- No balbucea ni hace gorgoritos a los 12 meses o antes.
- No hace gestos, como señalar o saludar, a los 14 meses o antes.
- No dice palabras simples a los 16 meses o antes.
- No juega a juegos “de simulación” o imitación a los 18 meses o antes.
- No dice frases de dos palabras a los 24 meses o antes.
- Pierde las habilidades del lenguaje o sociales a cualquier edad.
Diversas formas de intervención
El tratamiento temprano y regular puede ayudar al niño o niña a sobrellevar los síntomas relacionados con el síndrome de Asperger, ya que se lo puede preparar para la vida adulta.
El tratamiento generalmente incluye una combinación de terapia del habla, física, ocupacional y cognitiva conductual, entre las que se enumeran:
- Habilidades sociales y logopedia: el niño o niña puede hablar bien y desenvolverse. Sin embargo, puede que necesite aprender importantes habilidades de conversación. Las mismas incluyen aprender a tomar turnos mientras hablan, hacer contacto visual con la otra persona, mostrar interés en lo que dice la persona y aprender a hablar sobre una variedad de temas, sin obsesionarse con uno solo. El terapeuta también podría enseñar habilidades apropiadas para el momento del juego, como turnarse, seguir reglas y aprender a lidiar con las emociones propias cuando está con los demás.
- Fisioterapia: algunas personas diagnosticadas con el síndrome de Asperger pueden mostrar torpeza en sus movimientos o acciones. Un fisioterapeuta trabaja para desarrollar la fuerza corporal central de una persona con el fin de ayudar a la persona a la hora de correr, saltar, pedalear en bicicleta, subir y bajar escaleras y otras actividades de movimiento físico.
- Terapia ocupacional: ayuda a las personas con sus habilidades motoras finas (cualquier cosa que requiera el uso de las manos). También funcionan para colaborar con el niño o niña a lidiar con los problemas sensoriales. El terapeuta trabajará en la coordinación mano-ojo y le enseñará al niño o niña a alimentarse por sí mismo de manera adecuada. Antes de que el hijo comience la escuela, el terapeuta lo ayudará a desarrollar habilidades de escritura a mano.
- Terapia cognitiva conductual: orienta a las personas a cómo actuar socialmente y sobrellevar sus emociones. Enseña habilidades importantes como el control de los impulsos, los miedos, la ansiedad, las obsesiones, las interrupciones y las rabietas. Es diferente para cada persona, según sus necesidades.
- Medicamentos: no existe ningún medicamento para tratar el síndrome de Asperger. La mayoría de los medicamentos tratan la ansiedad, la depresión o la incapacidad para concentrarse relacionadas con el síndrome de Asperger. Los medicamentos comúnmente recetados para la ansiedad y la depresión incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, medicamentos antipsicóticos y estimulantes.