Flavia asegura que el futbolista, detenido en agosto por un intento de robo, está en una profunda depresión. "Si tenía un arma era para hacerse daño", agregó.
Flavia es la mamá de Ezequiel Cirigliano, el futbolista que cayó preso el 14 de agosto en Caseros, acusado de un intento de robo con un arma de fuego. Ella hace un pedido desesperado para que la Justicia ayude a su hijo, quien sufre una profunda depresión.
"A Ezequiel lo vi el lunes pasado. Sólo nos dejan verlo los lunes. Estaba mal, cada vez peor. Tiene una depresión muy grande", contó la mamá del jugador que supo ser capitán de River y jugador de la Selección.
La mujer puso en duda las acusaciones que recaen sobre su hijo, hoy imputado por intento de robo, pero principalmente dejó sobre la mesa su preocupante salud mental.
Al respecto, dijo que Ezequiel "jamás cometió ningún delito" y, tal como lo hizo también la defensa del jugador, dejó en claro la posibilidad de que tampoco tuviera un arma propia con él al momento de la detención.
Pero también sostuvo que "si tenía un arma no era para cometer un delito ni robar" porque no lo necesitaba, ya que él "hacía tres meses que había vuelto de Europa y nunca dejó de jugar al fútbol".
"Si tenía un arma era para hacerse daño. La psicóloga y el perito dijeron que se quería matar", reveló Flavia, quien también dijo que la última vez que lo vio, prácticamente no habló y que seguía con la mirada en un punto fijo.
"No entiende qué le pasa, sabe que le pasa algo, pero no entiende que necesita un tratamiento. Lo ha tenido, pero siempre lo deja porque está viajando o jugando. En febrero firmó para irse a Europa, se fue y a los dos meses volvió dejando todo y se tiró en la cama", explicó Flavia. Ezequiel había viajado a Italia para jugar en el ascenso, pero no lo pudo soportar.
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Cuándo comenzó la depresión de Ezequiel, según su madre
"Es todo muy doloroso, yo no hablo mal de nadie. Pero todo empezó cuando se dio cuenta que tanto su padre, que era su representante de ese momento, se manejó mal con River, y se dio cuenta que se quedó afuera", reveló Flavia para explicar cuándo fue el momento en que Ezequiel empezó a pasarla mal.
Según ella, desde ahí "nunca más se pudo recuperar, quedó en blanco mucho tiempo y quiso dejar el fútbol".
"Me decía 'tengo que volver el tiempo atrás, me quedé afuera de River'. Después se pudo recuperar con ayuda y lo convencieron para que vuelva a jugar. Pero luego cuando muere el padre, tras firmar en Atlético Tucumán, fue peor. Ahí le pusieron un psiquiatra que lo ayudó muchísimo, el preparador físico lo ayudó mucho, lo medicaron, terminó su contrato y se fue a México", subrayó.
Y siguió: "En México pudo estar muy bien, porque estaba distraído, estuvo cuatro años, fue capitán, nació su hija ahí, estuvo muy bien. Después volvió al país, lo agarró la pandemia y no es que no pudo levantar cabeza, siguió jugando, de hecho se fue a Chile, estuvo en Mendoza y hace poco se fue a Italia, pero ya no lo pudo manejar más".
También dijo que en el último tiempo ya "no jugaba, no interactuaba con los compañeros, no tenía vida social" y que en Mendoza "le pusieron un psicólogo", pero que "aceptó tres o cuatro entrevistas" y después "estaba muy negado".
Flavia aseguró que Ezequiel "sólo quería descubrir lo que le pasaba", pero que "los años le pasan y no puede".
El pedido de ayuda
Tras contar que el histórico preparador físico Fernando Signorini fue quien le dio fuerzas para que saliera hablar en los medios, Flavia hizo un pedido desesperado a la sociedad y a los jueces para que su hijo pueda ser internado y así pueda hacer un tratamiento por su enfermedad.
Para comprobar que su hijo necesita un tratamiento especial, aseguró que "hay pruebas de los psicólogos" y que tiene con ella las pastillas que tomaba Ezequiel antes de irse a Italia.
Otra prueba, asegura, está en el testimonio de la psicóloga que le puso Matías Almeyda, a quien le agradeció por estar desde el primer día. "Ella pide que lo internen", dijo sobre la profesional.
Quien también la acompañó apenas se conoció la detención de Ezequiel, es el presidente de River, Jorge Brito: "Me llamó los primeros días y se puso en contacto con los abogados que pusimos".