El Partido Demócrata Progresista Rafaela se pronuncia claramente en contra de la intervención y posterior expropiación del Grupo Vicentín por parte del Estado. La injerencia del Poder Ejecutivo Nacional aniquila la división de poderes de una República, al pasar por sobre la autoridad del juez que está llevando a cabo el concurso de acreedores de la firma.
Lo que realmente preocupante es el apoyo explícito del Gobernador Omar Perotti a esta maniobra de atropello de derechos, este mismo hombre que en su campaña política prometió el apoyo a los sectores productivos, hoy como lo hizo tiempo atrás con la Resolución 125, siendo en aquel momento Intendente de la Ciudad, les da la espalda, suscribiendo un avasallamiento a la empresa concursada; épocas diferentes, cargos diferentes, pero la misma persona con similar proceder.
Vicentín obtuvo de los bancos estales, créditos multimillonarios; estas irregularidades en el otorgamiento de esos préstamos, si las hubo, deben ser investigadas por la Justicia. Y el Estado debe garantizar que así sea y no llevar a cabo una acción donde, sin aclarar sus verdaderos motivos nos hace dueños de una deuda millonaria a la que seguramente los argentinos deberemos hacer frente con más más impuestos.
Con una economía devastada y pocas esperanzas de recuperación en el corto plazo, además de una negociación de deuda en las etapas finales, la decisión del Presidente Alberto Fernández contradice también su propia palabra de “no injerencia” del Estado en cuestiones privadas.
Tampoco puede ser que, en nombre de la “soberanía”, los argentinos terminemos costeando con nuestros impuestos compañías totalmente deficitarias en las cuales los ciudadanos somos socios sólo en las pérdidas.
Ciudadanos: están vulnerando nuestros derechos. Esto constituye una sublevación contra la Ley, además de un avasallamiento a la empresa concursada. La historia nos ha demostrado que las expropiaciones –y todo intento similar- no dan buenos resultados, sino todo lo contrario, nuestro Gobernador envés de defendernos nos sigue hundiendo, en una actitud genuflexa al poder central, que desde el Partido Demócrata Progresista repudiamos.