Julián Encina y Enzo Tejada, dos jóvenes futbolistas del equipo de reserva de Godoy Cruz fueron detenidos, acusados de haber abusado sexualmente de una joven a la salida de un boliche en la Ciudad de Mendoza. El hecho ocurrió en octubre pasado, pero recién ahora se hizo efectiva la detención y se espera que pronto sean trasladados a la cárcel.
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Los acusados habían sido imputados a mediados de noviembre por el delito de abuso sexual agravado, por acceso carnal y por ser cometido por dos personas, aunque permanecían en libertad, sujetos a algunas medidas establecidas por la fiscalía.
Sin embargo, recientemente, trascendió que incumplieron en una de ellas, la fijación del domicilio, por lo que su situación empezó a complicarse. A esto se suma que al expediente se incorporó una prueba genética, que indicó que tanto en la víctima como en sus prendas de vestir, se hallaron restos de semen de estos jóvenes.
Ante las últimas novedades en la causa, el fiscal Darío Nora revocó el beneficio de la libertad para ambos y dispuso su detención. Uno de los jóvenes, de 20 años y domiciliado en calle 9 de Julio de Ciudad, se presentó la noche del jueves ante la Justicia y fue alojado preventivamente en sede de Comisaría Tercera de Ciudad. El otro, de 19 años y con domicilio en calle Berutti de San Rafael, quedó detenido durante la madrugada del viernes en sede la Comisaría 44ª de Guaymallén.
Tanto Encina como Tejada seguían integrando el plantel de reserva del Tomba y entrenaban con sus compañeros, incluso habían sido convocados al primer partido del torneo ante Lanús, con viaje incluido a Buenos Aires.
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El caso
Según denunció la víctima, de 21 años, el abuso ocurrió durante la madrugada del 20 de octubre a la salida del local bailable Wish, ubicado sobre la calle San Martín del centro de la Ciudad capital. La joven se encontraba con una amiga y, tras caminar algunos metros en busca del auto en el que habían llegado, se cruzaron con los acusados.
Intercambiaron algunas palabras y la víctima les comentó que estaba apurada por cambiarse de ropa e irse a trabajar. Ante este escenario, los deportistas le manifestaron que estaban frente al departamento de uno de ellos, por lo que le ofrecieron que podía cambiarse allí.
Antes de entrar, la joven les preguntó el nombre a cada uno y confirmó que no le mentían al verificar en las redes sociales de uno de ellos. La amiga de la denunciante se fue y los tres pasaron al domicilio.
Una vez en el interior, uno de ellos se acercó a ella y le pidió que se sentara cerca de él. Luego comenzó a besarla y a tocarla en varias partes del cuerpo. A pesar de las negativas de la joven, que les dijo “No chicos, no estoy para esto”, según la denuncia, continuaron con sus avances.
Con el paso del tiempo y a pesar de su resistencia, la denunciante afirmó que cerraron las cortinas del lugar y comenzaron a quitarle la ropa interior y a desabrocharle los pantalones “por la fuerza”.
La joven denunció que fue objeto de acceso carnal y que en todo momento les dejó claro que no quería tener relaciones con ninguno de los dos. A pesar de esto, según su testimonio, continuaron agrediéndola y la obligaron a realizar acciones en contra de su voluntad.
Tras analizar las pruebas iniciales, el fiscal Nora calificó el hecho como abuso sexual agravado debido a la participación de dos personas.