El financista Luis Herrera fue detenido esta mañana, junto con sus dos hijos, investigado por millonarias estafas a partir de su default ocurrido en septiembre del año pasado.
Las detenciones, pedidas por el fiscal Miguel Moreno, se realizaron junto con una serie de allanamientos en sus domicilios particulares (en barrio Alberdi de la ciudad de Rosario, adonde vive, y en Timbúes, adonde fijó residencia) y profesionales a partir de las 7 de la mañana. Incluso, una dirección mal registrada demoró el inicio de las acciones judiciales. En concreto, su detención se produjo en su domicilio en Timbúes con orden de un juez de San Lorenzo.
Herrera acumula más de 60 denuncias penales en su contra de inversores por algo más de 10 millones de dólares. También tiene otra tanda de denuncias en la Justicia civil. En círculos financieros se estima que su deuda es, como mínimo, de 30 millones de dólares.
El fiscal Moreno, a cargo de la Unidad Especial de Delitos Económicos Complejos, comentó que "los delitos que buscamos imputarle a Herrera son el de estafa, administración fraudulenta, lavado de activos y asociación ilícita".
Sus hijos también quedaron detenidos por ser parte del negocio. Y este jueves tendrá la audiencia imputativa.Su defensa penal está a cargo del abogado Jorge Ihlarrescondo, quien esta mañana señaló que "Herrera no cometió estafas sino que tuvo contingencias económicas", y se quejó de la prisión preventiva. "No hay razones jurídicas", aseguró.
La defensa
“A Herrera se le alteraron las variables económicas que tenía fijadas cuando definía sus políticas de inversiones en activos de terceros. Tenía inversiones en determinados títulos de la deuda. Esos títulos cayeron, fundamentalmente producto del default que el Estado argentino produjo en el año 2019 con el reperfilamiento de la deuda. Esos títulos pasaron a costar un valor inferior hasta el valor nominal”, dijo. El abogado también culpó a la pandemia. "Hubo corridas financieras y también económicas. Hubo imposibilidad de afrontar la situación por circunstancias exógenas y también, por qué no decirlo, por una mala decisión en términos estratégicos comerciales, pero de ninguna manera pudo haber delitos”, afirmó.
“Una cosa es que yo incumpla y otra que yo estafe. Si vamos a decir que todos aquellos que se reflejan como incumplidores, deben ser objeto de una persecución penal por esa situación, las cárceles estarían llenas de gente. Luis Herrera no es un estafador. Reconozco que hubo un incumplimiento y el propio Herrera lo ha reconocido al presentarse en sede civil. Eso es muy diferente a decir que hay asociación ilícita, administración fraudulenta o estafa como circuló en portales de noticias, lo cual no se ajusta ni remotamente a la realidad”, completó Ilharrescondo.
Foto: Alan Monzón/Rosario3Los allanamientos
En total, el caso activó ocho allanamientos, tanto en Timbúes como en Rosario, Granadero Baigorria y Pueblo Esther. Las ordenes de detenciones fueron para: Diego Herrera que vive en Alvarez Thomas al 1.300, Ignacio Luis Herrera, que vive en Rioja al 3000 y Luis Herrera, que mudó residencia a Timbues, pero residía en J.C. Paz al 1900, en barrio Alberdi. Todos quedaron detenidos e incomunicados hasta el próximo jueves, fecha en que se desarrollará la audiencia imputativa.
En rigor, Herrera vivía en Rosario pero al verse que se le complicaba el frente penal, fijo residencial en una quinta en Timbués. Y es que, por su edad, puede acceder a prisión domiciliaria. Fue así que en los últimos días estuvo acondicionando su casa para una posible larga estadía.
Según averiguó Rosario3, la semana pasada el fiscal Moreno terminó de redactar las imputaciones al recibir los últimos informes encargados a autoridades bursátiles de Argentina y del exterior. Y si bien la detención parecía cantada desde hace meses -por la acumulación de denuncias y la falta de respuestas de Herrera- los fiscales también lo dejaron correr mucho (a sabiendas de que no parecía querer fugarse) para darle el tiempo suficiente para que logre un entendimiento con sus acreedores.
Los últimos movimientos de Herrera fueron en línea de buscar un juicio abreviado, que le reduzca la pena, pero para eso debía hacer frente a las deudas que le reclamaban penalmente (1/3 del total), con miras a canalizar el resto vía convocatoria de acreedores, lo que le significaría un gran alivio porque el grueso de ese pasivo no estaba registrado y se le iba a ser muy difícil a los ahorristas cobrarlo.
Un caso de película
Herrera era uno de los financistas más renombrados de Rosario con más de 30 años de intachable trayectoria, paso por la Bolsa de Comercio y el mercado de futuros Rofex, pagando los mejores rendimientos del circuito. Es más, por años pagó una tasa de interés del 7 al 12 por ciento anual en dólares a sus ahorristas, un rendimiento único en el mercado.
Y si bien su frente era la agencia de Bolsa que supo ser de su suegro (Fernández Soljan), el grueso de sus negocios los canalizaba a través de una mesa personal paralela en la que decía tomar fondos de manera privada para realizar complejas operaciones de futuros en el mercado de Chicago, y eran precisamente esos negocios los que, decía, le generaban el rendimiento superlativo que le ofrecía por años a sus clientes.
Su default ocurrió a finales de 2021 por una deuda que se estima ronda los 30 millones de dólares. En 2020 empezaron a trascender sus primeros problemas de liquidez ya que no estaba en condiciones de devolver los depósitos que algunos ahorristas le querían retirar, si bien el pago de interés se mantenía sin problemas. No obstante en 2021, la situación se empezó a tensar cuando crecía la cantidad de ahorristas que no podían sacar sus fondos.
En octubre del año pasado la situación estalló cuando no pudo cubrir un faltante de 800 mil dólares en los saldos de sus cuentas en Fernández Soljan. Fue ahí que el Mercado de Futuros Matba Rofex informó la situación a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y lo corrió del cargo de tesorero que tenía en la entidad. El órgano de control suspendió las operaciones de Fernández Soljan y ahí se desató la corrida sobre su financiera personal entrando ya en noviembre en un default total.
En diciembre del año pasado, Herrera presentó la convocatoria de acreedores. Según la presentación judicial. dijo tener por su negocio privado 36 acreedores a los que les debe 7 millones de dólares. Si a eso se le suma la deuda en Fernández Soljan y otros préstamos contraídos, su pasivo en blanco rondaría los11 millones de dólares. Y como el grueso de su problema es la deuda blue, en el mercado se estima su deuda en torno a los 30 millones de dólares.
Pero el juez de primera Marcelo Quiroga le rechazó el pedido de convocatoria por inconsistencias. Fue así que Herrera apeló antes de la feria judicial de enero. Pero a principios de junio, el tribunal de apelaciones volvió a negar la apertura. La resolución lleva la firma de los jueces Pablo Cifré, Ivan Kvasina y Ariel Ariza.
El revés en segunda instancia fue un duro golpe a su estrategia judicial. Es que luego de prometer sin cumplirle a sus clientes un acuerdo privado, y sin nunca haber podido explicar las razones de su crisis de manera convincente, Herrera había apostado a una solución en el marco de la convocatoria. Pero al serle rechazada esa instancia, el empresario igual les decía a sus ahorristas que estaba preparando los papeles para volver a presentarse.
En rigor, el financista nunca pudo presentar una "hoja de ruta" de cómo devolvería el dinero. Tampoco pudo ser muy preciso en las explicaciones sobre su crisis. Según les aseguraba a sus ahorristas tiene todo el dinero depositado en Estados Unidos, pero lo tiene inmovilizado y por eso no lo puedo girar a otras cuentas.
Al estallar su crisis, algunos ahorristas lo denunciaron penalmente. Y fue así que sus domicilios (comerciales y particulares) fueron allanados y quedó inhibido en sede civil e interdicto en sede penal, además de embargado, y por eso no puede disponer de sus bienes.
Herrera acumula unas 60 denuncias penales, pero ya hay listas para presentarse otras tanda similar. Y también está avanzada una acción colectiva de al menos 60 inversores damnificados. Incluso, hay damnificados que pidieron la detención de Herrera, su esposa y sus dos hijos, entendiendo que hay riesgo de fuga.
Pero el dato es que en los allanamientos, que encabezó el fiscal Miguel Moreno, a principios de año no se hallaron nunca indicios del supuesto fondo en el que colocaba el dinero para invertir en complejas operaciones financieras el mercado de futuros de Chicago, lo que alienta las hipótesis de que ese puede estar ante un esquema “ponzi” en el que Herrera podía mantener el giro siempre y cuando consiguiera nuevos inversores para pagarle intereses a los viejos ahorristas y que nunca le pidan el capital.
Es más, en las audiencias civiles a las que asistió producto de las acciones civiles que ahorristas también iniciaron en su contra, Herrera negó ante el juez y las partes haber operado en el mercado de Chicago, como les prometía en privado a sus clientes con el dinero que recibía.
Precisamente, uno de los factores que alientan la hipótesis de una simple estafa es que Herrera nunca pudo explicar con claridad cómo se le provocó el descalce. Siguiendo esa línea, la Justicia deberá indagar si el dinero de sus clientes se perdió por negocios financieros que salieron mal en algún momento o si Herrera se lo quedó (en total o en parte).
Si bien el grueso de los fondos que manejaba eran en negro, Herrera supo mantener su clientela limpia de inversores pesados o de negocios turbios, lo que le permitió estirar el default un año sin tener que afrontar situaciones complicadas.