Este lunes comenzó la segunda semana del juicio oral contra los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, en enero de 2020 en Villa Gesell. Por primera vez los acusados se presentaron en la sala sin barbijos en sus rostros.
Luego de una primera semana repleta de testigos, que sumaron información a la causa, que complican aun más a Máximo Thomsen y recrudece la figura de otras, este lunes se espera la declaración de 10 personas.
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En el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores desfilarán el forense que realizó la autopsia al cuerpo de Fernando, cuatro médicos, dos policías y funcionarios municipales y judiciales.
"Presentaba hemorragia masiva intracraneana, hematomas y excoriación en cara lateral izquierda de cuello y mandíbula" además de "la impronta de una marca de zapatilla en la cara", se lee en el documento firmado por el médico forense Diego Duarte.
Esta semana el juicio estará relacionado a la parte pericial y ya no a los testigos claves del ataque y crimen por lo que el abogado de los acusados, Hugo Tomei, tratará de buscar alguna táctica procesal que le permita tener una mejoría en su defensa.
En las primeras cinco jornadas del juicio declararon 47 testigos. Entre ellos se destacaron los papás de Fernando, amigos de la víctima, Pablo y José Ventura, testigos del ataque y crimen, quienes le hicieron RCP, Policías del allanamiento y la recepcionista del hotel que vio a los acusados después del hecho.
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La resolución inicial manifiesta que Máximo Thomsen es el joven más complicado, de los ocho que se encuentran sentados en el banquillo de los acusados del TOC 1 de Dolores, luego de ser identificado por la mayoría de los testigos de ser quién, en todo momento, le pegó a Fernando y por haber acusado a Pablo Ventura.
Aun así, la figura de los otros detenidos también es compleja, ya que en las declaraciones los testigos los ubican en casi todas las escenas del ataque y crimen, por lo que la labor del Tribunal es confirmar el rol de cada uno de ellos en el asesinato.