Utilizar un factor solar mayor a 30, aplicarlo de forma diaria y una buena hidratación son los principales cuidados de la piel en verano.
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Hace algunas semanas empezaron los días de calor y ya estamos entrando en el verano. En esta época del año estamos más expuestos al sol y es importante conocer cuál es el uso adecuado del protector solar y demás medidas para los cuidados de la piel.
En primer lugar, a la hora de comprar un protector solar, debemos tener en cuenta que sea uno de amplio espectro, es decir que proteja contra los rayos UVA y los UVV. En lo posible, también que sea resistente al agua.
El protector debe ser como mínimo un factor 30, aunque la tendencia en verano es usar de 50. Asimismo, los protectores solares con color tienen un beneficio adicional para las personas que presentan manchas en la piel.
La correcta aplicación se realiza 30 minutos antes de la exposición solar y hay que renovarlo cada dos horas cuando estamos al aire libre o expuestos al sol; o bien cada cuatro, si permanecemos en un ambiente cerrado. Por lo tanto, así sean días de lluvia, es importante incorporar el protector solar a la rutina diaria.
Zonas olvidadas
Es común que cuando nos aplicamos protector solar olvidemos hacerlo en algunas partes del cuerpo. Entre ellas podemos enumerar:
Cuello y escote: son los lugares que más reciben fotodaño y donde suele detectarse cáncer de piel. Recordar que además del rostro, hay que colocar el protector solar en estas zonas corporales.
Hombros: es un lugar que habitualmente solemos olvidarnos y en la cual sufrimos muchas quemaduras solares.
Labios: esta es otra zona muy importante y que no tenemos en cuenta. De todas formas, hay muchos labiales que vienen con protección solar, lo cual facilita que nuestros labios no estén expuestos a la radiación.
Cejas: aquí suelen generarse muchas quemaduras solares y también es un lugar donde puede detectarse también cáncer de piel.
Manos: es una zona común del cuerpo en donde uno puede visualizar el fotodaño, motivo de consulta frecuente.
Orejas: es una parte sensible comúnmente olvidada a la hora de colocar protector solar. Por lo tanto, debemos tenerlas en cuenta antes de salir de casa.
CUIDADOS DIARIOS EN VERANO
Todos los tipos de piel necesitan una rutina diaria.Como primer paso, tenemos que limpiarla como mínimo dos veces al día.
Por la mañana, debemos hacerlo ya sea con agua micelar; agua y jabón adaptado a tu tipo de piel; geles de limpieza; leche; o toallitas. Hoy hay disponible muchísimos productos que se pueden adaptar a tu tipo de piel.
El mismo paso hay que repetirlo por la noche, ya que estuvimos expuestos a la polución del ambiente y a un montón de sustancias que pudieran ensuciar nuestra piel.
Un segundo punto importante en verano es la hidratación. Se debe realizar en las pieles de todas las edades, aunque puede haber algunas variaciones según el tipo. Por ejemplo, si tenés una piel grasa, es más conveniente que utilices serum. En cambio, si es más seca, seguramente el dermatólogo nos indicará utilizar alguna crema. Y, como dijimos al principio de esta nota, el protector solar es lo más importante para sumar a tus rutinas.
Por la noche, indicamos distintos tipos de ácidos, que serán elegidos en función de tu tipo de piel: esto va a ayudar a limpiar las impurezas y a evitar que el fotodaño avance.
Piel sensible
Una consulta común que tenemos en el consultorio es: “¿qué es la piel sensible?”. Es cualquier tipo de piel, ya sea seca, mixta o grasa, que se irrite de forma excesiva ante estímulos internos o externos.
En estos casos, la identificamos porque habitualmente tiene la barrera cutánea debilitada, más tirante, áspera y suele tener eccemas.
Sin embargo, con un tratamiento adecuado, esto tiene solución y podemos conseguir una piel normal. Por eso es muy importante que consultar al dermatólogo ante cualquier duda o signo que podamos observar en la piel que nos indique que estamos ante una piel sensible.

fuente: La Capital