La concejal se refirió al tenso cruce que mantuvo con los asistentes en la última sesión y denunció sus “ataques verbales”.
En la mañana de este jueves, el Concejo Municipal sesionó en la Escuela N° 429 Mario R. Vecchioli que se encuentra cumpliendo 75 años. En ese marco, se trataron los proyectos que estaban previstos en el Orden del Día.
Al justificar su postura en una de las propuestas, la concejal Carla Boidi aprovechó la oportunidad para referirse a la polémica de la sesión previa. Cabe recordar que, en esa ocasión, se produjeron tensos cruces entre los ediles y los ciudadanos presentes en el recito en pleno debate del aumento de los tributos.
En su exposición, Boidi se dirigió a los presentes y llamó al silencio diciendo “se calla el decorado”. Eso generó una fuerte reacción en el recinto y un duro comunicado posterior de la CGT local.
En ese sentido, Boidi comentó este jueves: “Quiero aprovechar y dirigirme a los vecinos para disculparme si algún ciudadano se sintió ofendido por el término ‘decorado’ que usé en la sesión anterior. Reconozco que no dimensioné el impacto de mis palabras en ese momento. Mi reacción ante los contantes ataques verbales que recibí surgió desde un lugar de genuina humanidad”.
“Manejar una sesión cargada de tensiones y agresiones orquestadas por un grupo determinado requiere un aplomo político significativo que se adquiere justamente a través de experiencias como esta. No es fácil estar expuesta a una avalancha de insultos y agravios”, denunció.
“Dentro de esos términos, agravios y violencia, estuvo el término ‘atorranta, hueca, burra’. Y voy a definir el término ‘atorranta’: dicho de una mujer que da con facilidad favores sexuales, especialmente por interés, sin ser prostituta de oficio. ¿Eso no es violencia? Es violencia”, sostuvo en su exposición.
“¿Cómo contribuyó el justicialismo al bienestar social al exponer al Concejo, un órgano elegido democráticamente? Invitó a un grupo de agresores que, no solo insultaban y agredían verbalmente a los ediles, sino que también recurrieron a la violencia física y verbal, abrigando contra funcionarios presentes”, denunció Boidi.
Para concluir, decidió “agradecer los mensajes de solidaridad y empatía auténtica desde la ciudadanía, que también ha padecido el patoterismo organizado que el Justicialismo ha instalado. Basta de violencia y complicidad. Agradezco profundamente el apoyo recibido desde aquí. Seguiré dando voz a los vecinos que lo necesiten”.
La respuesta del Justicialismo
En la misma sesión, y al justificar el voto por un Proyecto de Resolución en el que piden al Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia que informe el estado de situación del inmueble de la PDI Compleja, el concejal Racca respondió a los dichos.
“Llevamos adelante una función, que es estar cercano a la comunidad y explicar la labor y el rol que tiene el Concejo y cada uno de nosotros. Ojalá que los chicos hoy se lleven de aquí una buena impresión de la tarea legislativa”, reflexionó.
“Lo que quiero decir como para cerrar es que, cuando reclamemos algo, hagámoslo desde un lugar de cumplimientos. Porque si no parecería que es una carrera de incumplimientos. Esto de no conocer bien el reglamento interno del Concejo, incumplir normas, pero después los responsables son otros. Vamos a tratar de cumplir nuestro reglamento, a tratar de ser lo más honestos y transparentes posible. Después solicitamos que los demás lo cumplan.
Por su parte, María Paz Caruso agradeció a la institución educativa que abrió las puertas al Concejo y aportó: “nosotros vamos a darle el respeto que merece esta sesión”. “Creo que nuestra mayor responsabilidad el día de hoy es poder encender la llama de la participación en política de los jóvenes, que muchas veces algunas escenas ridículas o acusaciones sin justificación pueden llevar a creer que estamos viendo un programa de televisión como sucedió”, dijo.
“Pero, en realidad, es importante involucrarse y tener en cuenta qué responsabilidad que tienen los representantes de la ciudadanía en Rafaela y ese es nuestro rol hoy acá”, destacó Caruso.