Las autoridades nacionales en materia de energía buscan que el mercado se regule según sus propias fluctuaciones y acompaña esos movimientos con subas y bajas.
Como ya ha informado la prensa, entre los hogares de ingresos medios y bajos (los N3 y N2) el rebote final en sus facturas será de unos tres puntos según cálculos extraoficiales hechos para la concesión que cubre el norte de la provincia de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe. Para sus clientes residenciales de ingresos más altos (N1) el porcentaje será el mismo pero como sus pagos cubren el 75% del precio real del servicio en sus bolsillos la diferencia será mayor. Además, obviamente, en los tres casos la baja del consumo se traduce en menos metros cúbicos de gas por cada factura.
Las variaciones del precio del gas según aumenta o disminuye la demanda no deberían ser noticia si la Argentina hubiera logrado que se sostengan en el tiempo las transformaciones del sector del gas diseñadas en la década del '90. Por entonces era habitual que hubiera precios "mayoristas" distintos del gas porque en invierno es necesario importar ese combustible mediante costosos cargamentos en buques y porque tampoco el país contaba con la explotación del yacimiento de Vaca Muerta.
Tras la crisis de la salida de la Convertibilidad y la adopción de políticas por las que el Estado nacional se hizo cargo de pagar la mayor parte de los costos, mediante subsidios a la producción de gas (hoy están enfocados en la demanda) se terminaron esas variaciones de precios. Sencillamente el sector público ponía más dinero en invierno y menos en verano.
Hoy las autoridades nacionales en materia de energía buscan que el mercado se regule según sus propias fluctuaciones y acompaña esos movimientos con subas y bajas (aún parcialmente), mientras disminuye los subsidios a los hogares.
En los términos que maneja el sector del gas se trata de un cambio que marca una tendencia a "normalizar" poco a poco su funcionamiento y volver al marco regulatorio que funcionó en los '90 (mientras el dólar costó un peso).
Desde el 1ro de octubre el promedio por millón de BTU es de u$s3,09. En septiembre estaba en u$s3,40 en el desde septiembre a octubre en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST).
Una fuente confiable dijo a El Litoral que la baja en la factura de comercios estará también cerca del 3%, como entre lo usuarios residenciales, pero en cambio en algunos casos de las pymes industriales la disminución podría llegar a un 5% de reducción en sus costos. Las empresas fabriles más grandes compran su propio gas a los productores con condiciones específicas, con contratos directos que prescinden de mutuo acuerdo de las regulaciones nacionales. Y lo mismo sucede con el GNC hay cadenas de estaciones de servicio que lo compran directamente a los productores, mientras que otras están más atadas a las variaciones que impone la Secretaría de Energía, por lo que depende en cada caso de su contrato.
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