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LOCALES

Único en el país: en Rafaela fertilizaron por años con nanotecnología y los resultados son increíbles

Hernán Villada y Sebastián Gambaudo, de la empresa “Agroestudio Rafaela”, hacen historia en Argentina con un protocolo de fertilización disruptiva que garantiza una mejora notable en el suelo, permitiendo alcanzar un manejo agronómico sustentable y sostenible en el tiempo.

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En tiempos donde el manejo hace la diferencia, en el centro oeste santafesino hay un caso único en el país que logró resultados sorprendentes a partir de un protocolo de fertilización que favorece notablemente al suelo. Los “padres de la disrupción son los ingenieros agrónomos Hernán Villada y Sebastián “Cachi” Gambaudo, un reconocido profesional a nivel nacional e internacional, que se sumó a un proyecto diferente a todos.

En 2018, la empresa “Agroestudio Rafaela” decidió embarcarse en una propuesta innovadora que contemplaba la fertilización con nanotecnología. Para ello buscaron un campo representativo zonal que denominan “demostrativo”, pensando en el largo plazo de investigación del proyecto. Todas las acciones necesarias para conocer el estado inicial del suelo fueron realizadas y los diagnósticos eran claros: había mucho por mejorar.

“La realidad es que el suelo (por falta de manejo agronómico) no estaba saludable cuando empezamos”, reconoce Villada. Por eso, en el 2018 a partir de un convenio de investigación y desarrollo con la empresa Kioshi Stone, comenzaron a fertilizar el suelo con nanopartículas. Esta acción es posible gracias a la aplicación e un fertilizante mineral liquido “de altísima pureza” que permite aportar azufre, calcio, magnesio, fosforo, zinc y boro, con el objetivo de preservar los suelos y nutrir los cultivos. “La alta eficiencia de las pequeñas partículas (NPS) producen una respuesta revolucionaria por la inmediata interacción con el medio, gracias al aumento de la superficie específica de contacto del fertilizante con el suelo, a punto tal que en menos de 30 días se incorporan a la biota del suelo”, destaca el experto.

Sin dudas, los objetivos fueron ampliamente superados al cabo de cinco años. Durante los tres primeros aumentaron los parámetros químicos del suelo (Ph, fósforo, concentración y relación de calcio y magnesio) y en los últimos dos consiguieron lo más difícil: mantener y estabilizar los indicadores y el proceso. “Ahora vamos por el sexto año”, desafía.

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Todo lo que revelan los profesionales de Agroestudio puede demostrarse con la información generada porque, como corresponde, tienen datos fehacientes desde sus comienzos y hasta hoy, con la garantía además que brinda el laboratorio de suelos “Molisol” encargado de llevar los registros de datos y análisis respectivos . “Luego de cinco años de generar información y conocimiento a nivel lote, comenzamos a tener un sistemas sustentable y sostenible en el tiempo, que muestra el mejoramiento que pueden experimentar los suelos”, resalta. Y aclara: “por supuesto que el protocolo de fertilización no es de un día para el otro, se necesita investigación y desarrollo en el tiempo y constancia”.

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