En su reaparición pública la vicepresidenta Cristina Fernández eligió la reedición de un libro sobre Néstor Kirchner para enviar un mensaje a menos de un mes de las elecciones.
Sin Sergio Massa presente, la ex presidenta dio su apoyo al candidato de Unión por la Patria al señalar que planteó una escena real lo de que está atravesando el país, pero sin mayores alusiones. Tampoco hubo críticas ásperas al mandatario Alberto Fernández, que actualmente se mantiene ajeno a la campaña electoral.
El discurso de una hora y veinte de la vicepresidenta se centró en intentar dinamitar el proyecto de dolarización que plantea el libertario Javier Milei y también hubieron críticas al bimonetarismo que propone Patricia Bullrich.
Para ello, ofició de "profesora" y recurrió a un pizarrón donde hizo anotar al periodista Pedro Rosemblat las cifras de la "motosierra". Cristina Kirchner explicó como era "imposible la motosierra", mientras dejó a Rosemblat haciendo una suma con decimales ante el auditorio repleto.
Además, recurrió a las filminas (un recurso asociado a Alberto Fernández y la pandemia) para explicar otros números de la economía y su comparativa con otros países.
El mensaje también incluyó imágenes del ex presidente Mauricio Macri y de su ex ministro Nicolás Dujovne.
Luego de haber pegado con el vaticinio de un "escenario de tercios" meses atrás, la titular del Senado en esta oportunidad prefirió no hacer elucubraciones sobre el resultado de las elecciones del 22 de octubre.
"El problema de la inflación en la Argentina es por la falta de dólares", resumió la vicepresidenta, tras un extenso diagnóstico sobre la situación macroeconómica.
En los lugares de privilegio la escucharon el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro; Andrés "Cuervo" Larroque; el procurador del Tesoro, Carlos Zannini; y la presidenta de la Cámara Baja, Cecilia Moreau, entre otros.
En esta oportunidad, la sede de UMET se convirtió en una fortaleza a nivel de seguridad, con distintas postas a la hora de ingresar y varios detectores de metal a superar antes de ingresar.
A un año del intento de magnicidio de la ex presidenta, la seguridad en sus actos sigue reforzada.