Mario Garrappa, Licenciado en Economía, contó algunos de los detalles más importantes a tener en cuenta en caso de estar analizando la posibilidad de tomar alguno de estos créditos.
Desde las últimas semanas, la expectativa es total al conocerse el lanzamiento de líneas de créditos hipotecarios. Las mismas se pusieron en marcha en el mes de abril con diversos bancos que presentaron sus propias propuestas.
Los créditos ofrecidos por las entidades bancarias son en pesos, ajustables por UVA. Hasta el momento, las entidades que ofrecen este tipo de financiamiento son los bancos Hipotecario, Nación, Supervielle, Macro, Santader, Ciudad, Galicia, BBVA, Del Sol, ICBC, Brubank, Bancor (Córdoba), Banco de Corrientes, Banco Provincia del Neuquén y Patagonia.
Con el lanzamiento de las propuestas, comenzaron a dispararse las dudas de muchos interesados. ¿Qué son los créditos hipotecarios UVA? ¿Quiénes pueden acceder y cómo? ¿Son convenientes? ¿Qué hay que tener en cuenta?
Sobre muchas de esas incógnitas dialogamos en Radio Rafaela con Mario Garrappa, Licenciado en Economía. Para contextualizar, comenzó explicando que “los créditos UVA son un tipo de crédito cuya cuota está indexada a través de la inflación. Eso significa que las cuotas que cada sujeto va a tener que pagar se van a ir actualizando mes a mes a través de la inflación que va a ir surgiendo en la economía argentina”.
En el 2016 se creó la UVA (Unidad de Valor Adquisitivo). Y es importante conocer de qué se trata, porque los créditos hipotecarios se toman en UVAs y se pagan en UVAs. “Quien está acostumbrado a sacar un crédito sabe que vas a un banco, te ofrecen un determinado monto de capital que es el préstamo que te dan, y se establece un cronograma de cuotas. Vos ya te haces la idea de que, en determinado momento del mes, tenes que pagar esa cantidad de dinero”, explicó Garrapa.
Con ese contexto, se debe tener en cuenta que “este crédito tiene una particularidad”. “Lo que el banco hace al momento de otorgarte el capital lo convierte a UVAs. Técnicamente, es como que te están prestando una determinada cantidad de UVAs y vos vas a devolver una determinada cantidad de UVAs. Esas UVAs, cuando las llevas al valor que se va actualizando día tras día, esa actualización se hace por inflación”, indicó.
“Ese mecanismo permite que actualmente exista algo de oferta crediticia en el mercado hipotecario. No sé si es el mejor crédito que existe, es lo que hay hoy disponible y, eventualmente, lo que correspondería hacer es que cada persona analice los factores personales de su propia economía doméstica, alguna cuestión vinculada al entorno y la oportunidad como para ver si le conviene o no hacerlo”, analizó el economista.
En ese sentido, y “como prácticamente todos los bancos van a pedir lo mismo, vas a tener que tener una constancia de ingresos que sea demostrable frente al banco. Si estás trabajando en relación de dependencia, vas a presentar tus recibos de sueldo, si sos autónomo tenés que presentar también tus certificados de ingresos. Es importante también ya tener algo de información sobre la propiedad que es la que yo quisiera comprar. Así, la discusión dentro del banco emerge sobre un caso concreto donde analizan los ingresos de la persona”, comentó.
Al mismo tiempo, vale tener en cuenta que en cada caso se considera al tomador del crédito “más un grupo familiar que puede presentarse también como codeudor. Es decir, vos podés presentarte con tu pareja, suman ingresos y hay dos personas más que también pueden aportar para hacer un monto más grande. Esto responde a que el monto total que se va a terminar otorgando en realidad va a estar supeditado a una relación cuota-ingreso. ¿Qué significa esto? El banco te va a prestar una determinada cantidad de dinero. Ese dinero va a estar distribuido en una cantidad de cuotas con un valor inicial. Ese valor inicial nunca debería pasar el 25 o el 30% de tu ingreso máximo, ese es el techo”.
Los primeros créditos hipotecarios UVA generaron mucha polémica debido al acelerado “avance de la inflación por encima de los salarios”. Eso “generó este problema que mucha gente fue teniendo que necesitó encontrar alguna alternativa para poder salir a cancelar esa obligación que tenía”. Para evitar situaciones de esas características, “si eventualmente se sucediera esa situación donde la inflación va corriendo más rápido que tus ingresos, el Banco Nación da la posibilidad de poner un tope en la cuota a través de lo que va a ser el avance de tu salario y ese saldo, ese remanente, te lo patea al final del crédito. Técnicamente, en vez de 20 años o 30, que es el máximo que te permite el banco, a lo mejor terminas devolviendo dos o tres o cuatro años más. No se suprime la deuda, pero te permite es tener esa posibilidad de patear la deuda un poquito más adelante”.